El pasado mes de abril se dio a conocer que un grupo de científicos del ETH de Zúrich, Suiza, tuvieron el propósito de almacenar un disco musical por primera vez en un gramo de cristal de ADN. El disco elegido fue Mezzanine (1998) de Massive Attack como forma de celebrar el 20 aniversario de uno de los trabajos más relevantes en la historia del trip-hop.
Ahora se ha anunciado que lograron plasmar el material en un molde que agrupa poco más de 5,000 pequeños cristales de ADN.
¿El ADN como formato para el futuro?
La razón por la cual los científicos trabajaron durante meses en este proceso es que contrario al código guardado en silicio, la información guardada en el ADN no se degrada con el paso del tiempo. Un gramo de ADN puede almacenar un billón de terabytes de información por cientos de miles de años sin que suceda algo con lo guardado, razón por la cual se está considerando para utilizarse en objetos de gran valor cultural para la humanidad, tal como las películas y discos que el Congreso de los Estados Unidos decide preservar año con año.
Sin embargo, el proceso es muy largo y costoso. Según lo relatado por futurism, lo que se hace es trasladar la información binaria mediante la cual funcionan los objetos digitales en las bases nucleodes que componen a lo guardado en el ADN. Posterior a ello, los científicos tienen que sintetizar las moléculas de ADN para guardar la secuencia a la perfección.
No es la primera vez que un grupo de investigadores almacenan documentos digitales en ADN. Previo a ello Microsoft guardó 200 megabytes en una partícula, con información que iban desde documentos de la empresa, hasta un video en HD de OK Go!
Mezzanine
El tercer disco de estudio del colectivo liderado por Robert ‘3D’ del Naja Torres y Grantley Evan Marshall fue lanzado el 20 de abril de 1998 por Virgin Records con aclamación unánime por parte de la crítica y un insospechado éxito comercial.
Sencillos como ‘Angel’, ‘Risingson’, ‘Teardrop’ e ‘Inertia Creeps’ han sido utilizadas desde su lanzamiento en una gran variedad de comerciales, programas de televisión y películas gracias a sus atmósferas opresivas y frías, texturas experimentales y afinidad pop que hacen que sean muy sencilla de digerir.