Cuando salió 'Nosedive' el tercer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror sorprendió a la audiencia al plantear la idea de una sociedad basada en calificaciones personales que resultaban de la 'interacción' con otras personas a través de las redes sociales.
El objetivo era tratar de alcanzar una buena calificación para ser catalogados como ciudadanos de 'clase alta', ya que de tener un puntaje bajo serían catologados automáticamente como de segunda clase, una especie de rechazados sociales a quienes se les sancionaba de muchas formas.
Y aunque pensábamos que ese extremo jamás llegaría, China lo volvió a hacer.
El gobierno chino podría prohibir que, los ciudadanos con mal historial de “crédito social”, compren boletos de avión o tren desde mayo de este 2018, de acuerdo con una declaración de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas de aquél país.
Bajo este esquema, el gobierno califica el comportamiento de sus ciudadanos basado en acciones criminales y errores financieros. Además, toma en cuenta lo que compran, dicen y hacen.
Aquellos con puntuaciones más bajas se les aplican castigos y restricciones. El sistema de “crédito social”, comenzó a ponerse en marcha desde el 2017 y se espera que la versión completa esté liberada para el 2020.
Previamente, el gobierno chino comenzó a restringir los viajes de aquellas personas con grandes deudas.
Las nuevas restricciones de viaje son la más reciente actualización de este plan de ingeniería social, que ha impuesto castigos a más de siete millones de ciudadanos.
Sin embargo, existe el peligro de que las personas sean etiquetadas con información falsa de terrorismo, que causaron problemas en vuelos, o hasta fueron sorprendidos fumando en trenes
El sistema como tal, es opaco. Los ciudadanos tienen las mismas posibilidades de ser señalados por infracciones menores como dejar la bicicleta mal estacionada, por disculparse de manera “poco sincera”, o por ser grandes deudores.
No queda claro la razón por la que ingresaron a la lista negra.