El neurólogo mexicano Luis Alberto Carrillo Reid trabaja para frenar los efectos de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer. Para ello, desarrolló la técnica de láser neuronal y proteínas fotosensibles, que "reprograman" el cerebro de los pacientes.
Esta técnica fue desarrollada por Alberto en la Universidad de Columbia en Nueva York, sin embargo, busca traerla a México. "La etapa inicial ya está muy avanzada, ahora estoy en espera que el CONACYT apruebe el proyecto para establecer esta tecnología en México y toda América Latina" dijo Carrillo al CONACYT.
Pero, ¿cómo funciona? La optogenética, que no es más que la mezcla de métodos genéticos y ópticos para controlar funciones específicas de las células en tejidos vivos, es aplicada para “prender y apagar” grupos neuronales que afectan el normal funcionamiento a través de luz, siendo esta la primera fase.
Posteriormente la microscopía, que hace visible los objetos que son imperceptibles por su tamaño, es aplicada con doble fotón para visualizar y manipular los tejidos vivos con el fin de activar grupos neuronales dañados. Carrillo explicó que ya logró demostrar que enfermedades como el Parkinson, la esquizofrenia y la epilepsia tienen actividad neuronal alterada por el comportamiento de patologías completamente anormales.
"El secreto de esta técnica son las opsinas, proteínas que estimulan la actividad neuronal por medio de la luz láser posicionada en las neuronas inactivas. Así el láser transporta los iones a las células para propiciarles movimiento y productividad", explicó. A raíz de la manipulación óptica de los circuitos neuronales, los padecimientos de las enfermedades neurodegenerativas cambian sus patrones y revierten los efectos como falta de memoria y la temblorina extrema en el cuerpo.
Sin embargo, el proyecto será probado en humanos en al menos unos 5 años.
La tecnología que manipula el cerebro aún no ha sido probada en humanos. "Nos falta aún como unos cinco años para poder aplicarla directamente en personas", dijo al confiar en que la comunidad neurocientífica de México asumirá la técnica como iniciativa global para la reactivación del funcionamiento cerebral.
En México, este tipo de enfermedades afecta a 50 personas por cada 100 mil habitantes anualmente, específicamente en el 2 por ciento de la población mayor a los 70 años.