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1984, año en que el eclipse plantó a los potosinos

María González | Plano Informativo | 08/04/2024 | 06:16

Como suele suceder con los fenómenos astronómicos, el eclipse anular de sol ocurrido en 1984 trajo a la capital potosina toda clase de “especialistas” tanto en astronomía como en ocultismo y santería, ya que la capital potosina estaba en el paso directo de este suceso que no había ocurrido en 75 años.

 

Miles de visitantes de los estados vecinos saturaron de reservaciones los hoteles y hasta magos y clarividentes se aparecieron en la comunidad La Tinaja, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, punto señalado como el de mayor exposición.

 

Como era de esperarse, los preparativos fueron impresionantes.

 

En ese tiempo gobernaba San Luis Potosí el profesor Carlos Jonguitud Barrios, y estaba recién inaugurado el Parque Tangamanga I, que fue el lugar donde se reunirían científicos e investigadores para observar tan espectacular acontecimiento que tendría inicio alrededor de las 9 de la mañana.

 

Desde finales del mes de julio del año anterior habían hecho circulaban oficios en los que se advertía que durante el eclipse se podrían ver dos lunas, porque Marte se acercaría tanto a la tierra que parecería una luna adicional. Aseguraban que este acontecimiento no lo volvería a ver ningún ser vivo de ese tiempo porque de volver a ocurrir, pasarían muchísimos años.

 

El profesor Jonguitud encargó a una empresa la elaboración de cientos de emparedados para los asistentes al parque Tangamanga I; las clases se suspendieron para evitar riesgos y algunas personas organizaron con sus familias, desayunos en lugares donde se pudiera observar el tan esperado eclipse.

 

Para conmemorar tan impresionante espectáculo se había encargado una alegoría y colocada en el Parque Tangamanga número I representativa del eclipse hoy oculto entre los árboles. 

 

Según el diario español El País, habían pasado 75 años desde la última vez que se había producido un fenómeno de este tipo, y explicaban que se llama eclipse anular ya que “el centro del Sol desaparece, tapado por la Luna, y queda visible tan sólo un pequeño anillo del astro rey”.

 

Gracias a este eclipse, los científicos pudieron estudiar la atmósfera, diámetro solar, espectro solar y cambios de la flora y la fauna.

 

El fenómeno duró 17 segundos y registró una magnitud de ocultación del 99.3 por ciento, tiempo durante el que la temperatura descendió aproximadamente 6 grados y hubo viento de gran intensidad. Además hubo cambios en la fauna ya que se ocultaron y desaparecieron los sonidos de los animales, incluso los insectos. Esto tuvo una duración de 32 segundos.

 

Sin embargo, la naturaleza no tiene palabra de honor y horas antes de que ocurriera el tan esperado fenómeno astronómico, se nubló la ciudad, y empezó a llover por lo que los preparativos se quedaron así, preparados, nadie fue al Tangamanga y el fenómeno no se pudo observar en territorio potosino, a pesar de que era la zona directa del paso programado.

 

Cuentan los que ahí estuvieron que el profesor Jonguitud dijo al respecto “Ni modo, la próxima la organizamos mejor”.