Un hueso dislocado o luxación provoca una situación dolorosa para quién lo sufre, pero también resulta ser preocupante para el resto de personas que pueden presenciarla. ¿Cómo intervenir correctamente? ¡Descúbrelo!
Un hueso dislocado o luxación se define como una distensión de los ligamentos y cápsula articular (uno de los extremos del hueso), que provoca la salida del hueso o articulación de su lugar original.
El sufrir luxaciones en ciertas articulaciones depende en gran medida de varios factores, como son la condición física, la estabilidad, la elasticidad y la fuerza de los músculos y tendones que se encargan de su movimiento.
Cualquier articulación puede sufrir una luxación, y la misma puede ser completa o incompleta. Si se produce la salida total del hueso y desaparece la articulación natural hablamos de luxación completa. En cambio, si se separa o se descoloca sin llegar a su salida total, es una luxación incompleta.
Como dato, las luxaciones más comunes son las sufridas en los dedos, los hombros y las caderas. ¿Qué más debes saber al respecto? Te contamos cuáles son sus causas y cómo debes actuar ante este tipo de lesión.
¿Qué puede causar una dislocación o luxación?
Los huesos están perfectamente posicionados y conectados, formando articulaciones gracias al soporte de numerosas estructuras, principalmente ligamentos y músculos. Por desgracia, si un hueso se desencaja de la articulación y no vuelve a su posición normal, se produce una luxación o dislocación.
Al producirse la salida de las estructuras de la articulación, esta parte del cuerpo queda inmovilizada y se deforma de manera temporal, provocando un desagradable dolor. Las luxaciones, con frecuencia, son causadas por impactos súbitos (inesperados) en la articulación.
Por lo general se producen por:
•Golpes directos.
•Giros de articulación en sentido equivocado (como retorcerse el tobillo, por ejemplo).
Caídas.
Factores de riesgo
Además, existen factores de riesgo que aumentan aún más la probabilidad de sufrir luxaciones, como pueden ser los siguientes:
•Niños. Al no madurar aún los cartílagos que forman parte de la articulación y presentar mayor •flexibilidad.
•Edad avanzada. Al aumentar la fragilidad de los huesos. Aunque por lo general la causa sería por fracturas óseas.
•Factor hereditario. Algunas personas nacen con mayor flexibilidad.
•Propensión a caídas o accidentes.
•Practicar deporte, sobre todo si son de riesgo.
¿Qué síntomas provoca un hueso dislocado o luxado?
Principalmente, la salida de las estructuras articulares puede provocar pinzamiento de estructuras vecinas, como son los nervios, vasos sanguíneos, ligamentos o músculos colindantes. Todo esto hace que la sintomatología sea muy similar en todos los casos de luxación, como son:
•Hormigueo.
•Entumecimiento.
•Sensación de dolor intenso.
•Inmovilidad de la articulación (limitación de movimiento).
•Hinchazón.
•Presencia de hematomas (si se rompe algún vaso sanguíneo de alrededor).
•Presencia visible del hueso fuera de lugar.
•Color diferente.
•Deformidad del miembro.
Signos de mayor urgencia:
•Hueso que sobresale a través de la piel.
•Sangrado intenso.
•Zona afectada por debajo de la lesión con presencia pálida, fría o morada.
•¿Qué se debe hacer ante un hueso dislocado?
•Los huesos pueden volver a su posición inicial de manera espontánea, pero no siempre es frecuente. •Para que vuelva a su situación inicial, se debe conocer a la perfección la técnica de recolocación. •De esta manera, será necesario visitar lo antes posible un servicio de urgencias para que se encarguen de ello profesionales sanitarios.
Por suerte, el tratamiento, en la mayoría de las ocasiones, puede llevarse a cabo ambulatoriamente en el centro de salud, sin necesidad de ir al hospital. Pero es importante conocer qué hacer hasta llegar a estos servicios. Debe tenerse en cuenta:
•Obtención de asistencia médica de inmediato, llamando al 112.
•Inmovilizar la articulación.Hasta recibir asistencia, se debe fijar la articulación afectada y no tratar de mover la articulación dislocada, ni de volver a colocarla en su lugar a la fuerza. Estos movimientos podrían dañar la articulación y las estructuras que la rodean. Podría ser útil el uso de cabestrillo, si hay posibilidad de conseguir uno.
•Colocar hielo, no de manera directa.Esto puede ayudar a bajar la hinchazón, reducir el dolor, disminuir el hematoma y la acumulación de líquido en la articulación lesionada.
•Prevenir shock. Colocarse en posición horizontal, levantando los pies unos 30 centímetros aproximadamente.
¿Qué no se debe hacer ante un hueso dislocado?
Tan importante como ver qué debe hacerse cuando sucede una dislocación ósea, también es necesario conocer las contraindicaciones que existen, previas a la asistencia médica de urgencia, como son:
No moverse hasta que esté completamente inmovilizada la lesión.
Si la lesión es de cadera, no movilizarse (ni siquiera intentar levantarse).
Nunca intentar enderezar un hueso, ni una articulación a la fuerza.
No comprobar si ha perdido funciones la articulación, esperar a asistencia médica.
Sin previa asistencia médica, no tomar nada de medicación.
Tratamiento
En caso de luxaciones no complicadas, el tratamiento necesario sería la recolocación de la articulación mediante una maniobra de tracción. Para sorpresa de todos, tras esta maniobra, si no existe daño a estructuras vecinas, el dolor desaparece al instante.
Por el contrario, en caso de luxaciones complicadas, sería necesario la realización de una cirugía para la reconstrucción de la articulación y demás estructuras que han podido ser dañadas.