El 6 de enero de 1938 fue expropiada la Fábrica Atlas, productora de cable y costales de henequén, palma china y lechuguilla, aunque el decreto se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 15 de enero de ese mismo año. Era considerada única en su ramo en toda América Latina.
Fue el presidente Lázaro Cárdenas del Río quien emitió el decreto de expropiación, para entregar las instalaciones a los trabajadores, convirtiéndola así en la en Sociedad Cooperativa Atlas, SCL.
El propietario original fue Jerónimo Elizondo.
La producción normalmente era de cinco toneladas diarias, todo manual. Se hacían sacos para maíz, frijol y envase, así como cableado de diferentes medidas hasta de una pulgada, destinados normalmente para la Marina Nacional.
Ocupaba un área de 45 mil metros cuadrados en los que tenían más de 75 motores eléctricos, que movían 225 distintas máquinas, que eran capaces de dar en veinticuatro horas una producción de 25 mil kilos de cáñamo, lazos, alfombras, esteras, etcétera. También tenía una fundición para crear las piezas para sus propias reparaciones y arreglos de maquinaria. Era la única en el estado que podía usar toda clase de fibras.
Los cooperativistas crearon su propio hospital, y una colonia para ellos, ahora llamada Colonia Rural Atlas, y un anexo donde se construyó el deportivo Lázaro Cárdenas.
Estos logros se empezaron a venir abajo al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando bajó el precio del henequén, además de la aparición de las fibras sintéticas que eran más económicas y versátiles que el ixtle, la lechuguilla y el mismo henequén.
La Cooperativa logró sostenerse hasta 1980, cuando las grandes haciendas henequeneras desaparecieron víctimas de la modernidad.
Fotos: El Arcón de los Abuelos