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moda y belleza

Así puedes llevar tu bufanda con traje en este invierno

GQ | 29/11/2023 | 15:24

Si llevar una bufanda con un traje te parece complicado, he aquí la solución.
 
Aunque se trate de un traje de lana, es posible que un ensamble de sastrería no sea el compañero más cálido para hacer frente a la temporada invernal, en cuyo caso seguramente preferirías una chamarra de pulmón y un pants. Sin embargo, las ocasiones especiales y las juntas de oficina no se detienen cuando la temperatura desciende, por lo que encontrar la manera de seguir luciendo elegante y formal mientras se lleva un traje es básicamente la labor de la temporada de frío.
 
Por suerte, existen múltiples formas de conservar el calor, aun cuando se lleva un ligero traje y una fría camisa de poliéster. Desde un abrigo hasta un par de guantes, las opciones son muchas. En cuanto a los accesorios de invierno, los guantes pueden ser incómodos y complicar el uso del teléfono, mientras que un gorro no es precisamente formal. En un punto medio, se encuentra la bufanda, que te dotará de calor, sin la necesidad de arruinar tu atuendo.
 
1. Elige la bufanda correcta
 
 

 
Si vives en una ciudad muy fría, posiblemente tengas varias bufandas en tu closet, sin embargo, aquellos que se encuentran en zonas con climas cambiantes, quizá solo tengan a su disposición la que recibieron hace varias Navidades como regalo. Esa adorable, pero incómoda bufanda con estampado caricaturesco que tu abuela eligió fervientemente. Te tengo noticias, esta bufanda —por muy grande que sea el vínculo emocional—, no te servirá para combinar con un elegante traje de raya diplomática.
 
Pero incluso más allá del diseño, es importante pensar en la funcionalidad de tu bufanda. Este accesorio fue concebido para dar calor a aquellos que lo lleven puesto, así que ese es el criterio principal que debes tener en mente al elegir la bufanda adecuada. Si estás dispuesto a comprar una, te invitamos a que inviertas en un modelo atemporal de colores neutros que puedas llevar siempre. Pero lo realmente relevante es optar por la que verdaderamente te sirva.
 
Decídete por aquello que puedes llevar sobre tu cuello durante horas y que no te provoque la necesidad de rascarte el cuello constantemente, por ejemplo. O, si sueles acalorarte con facilidad, un modelo de tejido amplio es una buena idea, pues permitirá que tu piel transpire. Por otro lado, si no estás acostumbrado a vestir en capas, no te dejes llevar por la emoción y no te decantes por esa gruesa, ancha y larga bufanda, ten por seguro que apenas camines unas horas, comenzará a incomodarte.
 
2. Cuidado con las proporciones
 
En el mundo de bufandas de invierno existe una amplia oferta. Colores, estampados, materiales, aplicaciones y, por supuesto, tamaños. Este último es un elemento clave que debes considerar al llevar una bufanda con un traje, pues un descuido podría hacerte lucir desenfadado. La cuestión es que los trajes suelen mantener cierta estructura cuadrada, que al añadir un trozo de tela encima podría complicar las cosas, no solo visualmente, sino también en términos de comodidad.
 
Si bien hay ocasiones en las que una bufanda puede difuminar los límites con un poncho, con un traje no es lo ideal. Resérvalo para la velada en la cabaña o para un paseo matutino, no para la sala de juntas. Elegir el tamaño de bufanda adecuado te ayudará a mantener el calor sin sentir que llevas un edredón encima —¿recuerdas a A$AP Rocky en la MET Gala de 2022? Esa es la silueta que deseamos evitar— que te impida moverte con soltura.
 
 

 
 
Si planeas llevar la bufanda alrededor del cuello, un modelo largo será útil, en cambio, si lo que quieres es implemente llevarla sobre los hombros, quizá sea buena idea elegir una ligeramente más corta y cuyo ancho sobre salga. Por otro lado, si planeas llevarla al interior del traje, una pieza delgada será útil.
 
3. Las prendas que elijas son cruciales
 
Estoy seguro de que no desearás lucir como un auténtico Chuck Bass en la preparatoria. De acuerdo, su bufanda fue memorable, pero lo que hacía que luciera un tanto ridículo era el resto de su atuendo. Imagínalo, chaleco de punto de tartán, una pajarita de rayas y un blazer rojo. Lo último que deseas es el tipo bufanda de rombos que no hace más que sumarse al desastre que no notaste al salir de casa.
 
Para evitar sobrecargar tu atuendo, opta por crear un balance entre el traje y la bufanda. Por ejemplo, si llevas un look monocromático, una bufanda colorida o con estampado no hará mucho daño. De hecho, puede añadir un toque interesante a una combinación a menudo considerada aburrida. Por el otro lado, si tu ropa ya es lo suficientemente llamativa, una bufanda de un color neutro sería ideal, pues añadirá la dosis necesaria de balance.