Tengas la edad que tengas, la relación entre hermanos es tan importante como la que mantienes con tus padres, amigos o incluso pareja. Lo que hace que este vínculo sea especial es que lo más probable es que tus hermanos sean las únicas personas que se han criado de la misma manera que tú y que han tenido experiencias infantiles similares. Muy infravalorada, esta conexión con tu hermano a menudo se ve relegada a un segundo plano, especialmente cuando hay matices de rivalidad en forma de comparaciones y favoritismos que alguno de los dos experimentó de niño.
En el mejor de los casos, tú y tu hermano son los mejores amigos de toda la vida y comparten los mismos recuerdos y experiencias de la infancia. Las diferencias surgen cuando hay falta de comunicación y tú o tu hermano empiezan a distanciaros por tener mentalidades o ideologías diferentes, o simplemente por tener personalidades distintas. El Príncipe William y el Príncipe Harry, por ejemplo, apenas se hablan ahora que son adultos, a pesar de ser inseparables de niños.
Tener una relación sana con un hermano puede hacer que te sientas arraigado y cerca de casa. Ya sea tu hermano biológico, adoptivo o hermanastro, estos consejos ayudan a reforzar el vínculo entre hermanos adultos.
1. Deja atrás el pasado
Cualquier resentimiento que guardes del pasado contra tu hermano, suéltalo. Si creías que tus padres favorecían a tu hermano o viceversa, aborda el tema y entablen una conversación sana y objetiva sobre sus infancias. Puede que asumas que tu hermano es de una determinada manera basándote en la impresión que tienes de él desde la infancia. Pero con el tiempo, las cosas cambian y las personas también. Como adulto, quizá puedas encontrar más puntos en común con tus hermanos de los que tenías con ellos de niño. Mantener una conversación abierta al respecto puede curar el dolor y el resentimiento que alguno de los dos sintió al crecer.
2. Crear nuevos recuerdos
Como cualquier otra relación, esta también requiere un poco de esfuerzo por ambas partes. Un contacto regular con tu hermano puede facilitar el acercamiento y hacer que se impliquen más en la vida del otro. No te limites a verse en reuniones familiares, bodas o festividades. Procura ver a tu hermano, ya sea para tomar un café o comer, como medio de comunicación frecuente entre los dos. Deja ir el pasado y evita sacar a relucir constantemente los asuntos difíciles de la infancia o reprocharles antiguos errores, ya que eso puede desanimarlos y hacer que busquen formas y excusas para evitar verse. Si tienen algo en común, proponte hacerlo juntos, ya sea ir al cine o tomar a una clase juntos.
3. No te compares
Las comparaciones entre hermanos son algo natural, ya vengan de tu familia o de tus amigos. Pero evita comparar sus logros con los tuyos, aunque tu hermano pequeño gane más dinero que tú o tenga un trabajo mejor que el tuyo. Comprende que cada persona es diferente, sobre todo cuando se trata de elegir. Tanto si crees que tu hermano mayor tiene más éxito que tú como si no, recuerda que no tienes por qué seguir el mismo camino que él. En lugar de eso, reconoce las diferencias y los logros de cada uno, y celébrenlo juntos.
4. Apreciaros mutuamente
Puede que no lo creas, pero como en cualquier relación —romántica o platónica—, tus hermanos también necesitan reafirmaciones, y verbalizarlas les hace sentirse más apreciados y cuidados. Puede que creas que es obvio que les quieres, pero posiblemente ellos no sientan lo mismo. Envíales un mensaje de texto, llámalos, escríbeles una nota diciéndoles que les quieres y te preocupas por ellos. Las palabras importan y las formas sencillas de comunicación marcan una gran diferencia, en comparación con pensar que la otra persona debería saber lo que sientes por ella.
5. Fomentar la amistad
La relación entre hermanos es más profunda que otras, sobre todo si han sido criados juntos y han vivido vidas similares durante la infancia. Para convertirte en el mejor amigo de tu hermano, trátalo como tratarías a tu actual mejor amigo. Llámalo para platicar sobre cualquier cosa o desahogarte, reúnete con ellos más a menudo, habla de los objetivos de cada uno —carrera y vida—, hagan viajes juntos y manténganse involucrados en sus vidas. Aunque no todo el mundo es receptivo, está interesado o es capaz de mantener una relación, puedes adaptar tus esfuerzos a cómo sea tu vínculo y ecuación con tu hermano. A veces, basta con aparecer y ser cariñoso o amable.