Inteligencia Artificial (IA). Este año explotó, y por buenas razones. Dar órdenes para conseguir imágenes, texto, videos o voces, es impresionante y revolucionario. La utilidad que tiene para creadores de contenido, oficinistas, programadores, periodistas y una gran baraja de empleos, es diversa, pero ¿qué pasa con la educación?
En 2016, la Universidad de Stanford lanzó el estudio 'Inteligencia artificial y vida en 2030', en el que plasma algunas previsiones en salud, economía, movilidad y educación. En este último punto, la institución refiere que en 2030, los maestros en Estados Unidos contarán con un tutor inteligente con IA que les ayudará en sus clases.
Faltan unos años para llegar a esa fecha, pero no fueron del todo imprecisos en sus predicciones.
Edvolution, Duolingo y Tecmilenio nos cuentan cómo se implementa actualmente la IA para generar tutores virtuales, su potencial, algunos riesgos sobre su uso y cómo moldeará la educación en el futuro.
Gran potencial
Jordi Rosquillas, director general de Edvolution, startup de tecnología educativa mexicana, asegura, en una charla con GADGETS, que los tutores virtuales con IA existen desde hace varios años, sin embargo, la aparición de las herramientas de IA generativa (GenAI) basadas en Grandes Modelos de Lenguaje (GLM o LLM por sus siglas en inglés) como el ChatGPT de OpenAI; Claude, de Anthropic (empresa fundada en 2021 por antiguos trabajadores de OpenAI); y Bard, de Google, generaron grandes expectativas sobre su empleo masivo.
Para Rosquillas, estas IA son como un profesor experto que nos aclara dudas y guía nuestro progreso, pero a diferencia de un docente de carne y hueso, este tutor siempre está disponible y se ajusta a nuestras fortalezas y debilidades. Rosquillas considera que gracias a la GenAI, cada alumno podrá tener el suyo en menos de una década.
El experto en tecnología educativa estima que múltiples compañías actualmente desarrollan tutores o herramientas similares. Unas se están enfocando en diseñar una IA que apoye en el aprendizaje de los estudiantes, mientras que otras se enfocan en crear modelos de inteligencia que ayuden a los docentes a planear actividades de clase, desarrollar contenidos, o diseñar evaluaciones.
Un ejemplo es Khanmigo, IA impulsada por GPT4 y desarrollada por Khan Academy, sitio web de aprendizaje en línea. En Newark, Nueva Jersey, EU, esta plataforma resuelve dudas sobre asignaturas como matemáticas y a los docentes los apoya en su planeación.
Khanmigo fue implementado a partir de este año por escuelas públicas de diversos distritos con resultados satisfactorios.
"Ofrece instrucciones paso por paso, pero no llega al punto de darle la respuesta a los estudiantes, sino que los guía. Si el estudiante lee junto con él, este les ayuda a alcanzar la respuesta sin dársela. Es como tener un pequeño asistente virtual personal", expresó Michael Barahona, profesor de matemáticas de una escuela pública en Newark, sobre Khanmigo.
En tanto, en nuestro País, en mayo pasado fue presentado Comenio.ai, un sitio web que integra una plataforma, cuyo motor es GPT4, en el que los docentes pueden realizar gratuitamente diversas tareas para facilitar su trabajo, como un plan de clases, exámenes, presentaciones y ejercicios.
Comenio.ai, nombre que toma de Juan Amos Comenio, padre de la didáctica, tiene una base de datos actualizada con los lineamientos de la Nueva Escuela Mexicana, programa educativo impulsado por la actual Administración Federal que entró en vigor en 2021 y pretende elevar el papel de la comunidad frente al individuo, explica Luis Medina Gual, uno de sus fundadores.
Por supuesto, no todo es color de rosa. Rosquillas advirtió que la GenIA tiene una limitación importante, pues en ocasiones genera respuestas basadas en lógicas equivocadas y las presenta como verdaderas, cuando esto sucede, se dice que el agente 'alucina'. Este fenómeno es uno de los más complicados de identificar y sin duda puede afectar el resultado de un proceso de tutoría.
Fuera del aula
Los usos de la IA no se limitan a las cuatro paredes de un aula. Algunas empresas de tecnología educativa han implementado esta herramienta para innovar en favor del aprendizaje.
Klinton Bicknell, jefe de IA en Duolingo, plataforma de enseñanza de idiomas, explica en entrevista, que es posible que cada persona lleve un tutor en sus bolsillos, pero para ello, se requieren dos cosas: una tecnología vanguardista y una inmensa base de datos. En este pedregoso camino se encuentra Duolingo.
Con ayuda de GPT4, Duolingo construyó su propia IA, una que es capaz de sostener conversaciones con un estudiante de su app, en tiempo real, además de apoyarle si tiene alguna duda. Esto es posible gracias a su función Juego de Roles, incluida en uno de sus modelos de suscripción, la cual permite conversaciones fluidas con la IA. Esta IA no se encasilla en texto, sino que es posible escuchar su 'voz' y responderle activando el micrófono.
Es decir, cuentas con 'alguien' con quien practicar un idioma sin necesidad de pagar un profesor o, si eres tímido, evitas buscar a algún familiar o amigo que hable la lengua que quieres ejercitar, por el temor de que se burle de tu pronunciación.
Por supuesto, esto no le exime de errores. Pese a ser una de las IA más avanzadas, GPT4 hereda fallos en su versión de GPT3, como presentar información incorrecta, sesgos políticos y sociales, e inventar información.
Bicknell, coincide con Pedro Domingos, profesor de ciencias de la computación en la Universidad de Washington, el límite de la IA somos nosotros y nuestra ética. Para el ejecutivo de Duolingo, por más que la IA pueda crear varias oportunidades en evolución para la educación, incluyendo más lecciones personalizadas, mejores detecciones de márgenes de error o un programa de estudios más comprensivo, nunca reemplazará a un buen maestro.
Aprender de IA
Visto el potencial, beneficios y riesgos que representan los tutores impulsados con IA en la educación, platicamos con Luis Gutiérrez Aladro, doctor en innovación educativa y vicerrector académico de Tecmilenio, universidad auspiciada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, quien nos habló sobre algunos retos que se avecinan.
La primera consideración de Gutiérrez fue que la IA en la educación es inevitable. De acuerdo con lo observado en países como EU, el principal desafío lo tendrán el Gobierno mexicano, junto con las autoridades de escuelas públicas y privadas, pues serán los encargados de regularlo. El Estado mexicano tendrá que tomar la batuta para generar una norma uniforme en torno a esta tecnología, con el fin de evitar confusión.
El primer registro de una regulación a nivel federal ocurrió en la Cámara de Diputados en mayo pasado, donde fue remitida la 'Ley de Regulación Ética de la Inteligencia Artificial', documento que hasta el momento se mantiene en la 'congeladora'.
Otro tema planteado por Gutiérrez fue que los equipos de tecnología, como laptops, computadoras, smartphones, serán indispensables para ejecutar este tipo de tecnología.
No obstante, no todos podrán adquirir estos equipos, lo que generará una disparidad entre diferentes escuelas y comunidades; esto aumentará la desigualdad de oportunidades entre las infancias y los jóvenes que se encuentran en situaciones vulnerables.
Gabriela Ramos, directora general adjunta de la Unesco para las ciencias sociales y humanas, expresó en una entrevista, que es muy probable que la IA agudice la desigualdad, ya que la mitad de la población del mundo no está conectada a internet o no tiene las competencias para utilizar las tecnologías.
En el caso de México, la última Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares reveló que más de 25.3 millones de personas están desconectadas de internet, lo que dificultará la aplicación de un proyecto nacional de educación tecnológica apoyada con IA.
En opinión del vicerrector, los maestros tendrán una gran responsabilidad para la implementación de la IA, pues deberán estar en constante capacitación para su uso y transmitir este conocimiento a sus alumnos, así como vigilar que no abusen de ella.
"Como toda herramienta, cuando es mal utilizada puede afectar negativamente los procesos de aprendizaje", aseveró Gutiérrez.