Si eres una persona que experimenta altos niveles de estrés, teme volar, le conflictúan los espacios cerrados o padece enfermedades mentales, es más probable que puedas anticiparte a un ataque de ansiedad en un avión, afirma Gupta.
Cuando aparece, Srivastava afirma que lo mejor que se puede hacer es practicar la respiración profunda o técnicas suaves de conexión a tierra: “El tapping ayuda, sobre todo en el famoso punto triple-calmer, que está debajo del ojo, en la clavícula y debajo de los brazos”, y la EFT (Técnica de Liberación Emocional) ayuda a calmar a la persona en medio del ataque de ansiedad. En un avión, beber pequeños sorbos de agua mientras se practica la respiración profunda también puede ayudar.
La respiración en caja es otra técnica respiratoria útil que recomienda Karnad. Se hace de la siguiente manera: Inhala (respiración profunda por la nariz), aguanta la respiración, exhala (por la boca) y vuelve a aguantar la respiración: haz todos estos pasos, cada uno de ellos durante cuatro cuentas.
La medicación previa al vuelo siempre es una opción, por supuesto, con la consulta de un profesional de la salud. Srivastava suele decir a sus pacientes que han sufrido ataques de ansiedad en los aviones que mantengan informados a los auxiliares de vuelo y les hagan saber que deben mantenerlos hidratados. También que coman antes del vuelo, asegurándose de que el estómago solo está lleno de la mitad a tres cuartas partes. Puedes intentar prevenir la ansiedad al máximo, pero a veces está fuera de tu control.
Ocúpate de cosas que te gusten y lleva un registro de tus desencadenantes: “Puedes intentar visualizar un vuelo bueno y cómodo antes de subir al avión, y reproducir todos los detalles en tu imaginación sentándote en una postura cómoda y cerrando los ojos”, dice Gupta. Por otro lado, Karnad sugiere llevar un diario y anotar los desencadenantes y los miedos siempre que se pueda y añade, “Muchas veces el miedo radica más en anticipar el ataque que en el ataque en sí, sigue recordándote que estás equipado y preparado aunque ocurra. Tú puedes”.
Cómo afrontar tu primer ataque
Enfrentarse a un ataque de ansiedad en solitario puede ser bastante desalentador. Y si es la primera vez que lo experimentas, puede resultar aún más difícil. Pide ayuda, dice Srivastava: “En ese momento, aunque conozcas técnicas como la respiración profunda o el tapping, puede que te resulte difícil ayudarte a ti mismo. Deja que el auxiliar de vuelo o la persona con la que viajas, en caso de que no viajes solo, te guíen”.
Recuérdate a ti mismo que son momentos fugaces y que los ataques de ansiedad —aunque parezcan incesantes— no durarán para siempre. Puedes pedir a los sobrecargos de vuelo que te proporcionen una compresa fría. Si no disponen de ella, pídeles que te lleven latas de bebidas frías y colócalas alrededor del cuello, sugiere Gupta. “También puedes pedirles que sumerjan una toalla de mano en agua fría y ponértela alrededor del cuello, y concéntrate en cómo se siente hasta que tu cuerpo se calme lentamente”.
Qué hacer si tu hijo tiene un ataque de ansiedad
“Lleva con un juguete para tu hijo que lo reconforte, puede ser un peluche con el que se sienta en paz, deja que se aferre a él”, dice Karnad. Gritar a tu hijo y mostrarte visiblemente molesto no va a ayudar a nadie en esta situación. Srivastava aconseja animar al niño a respirar profundamente. Asegúrate de que la exhalación es más larga que la inhalación. “Si es posible, reclina el asiento y anímalo a recostarse”, recomienda. También puedes probar la EFT (técnica de liberación emocional) con el niño. “Pídele al niño que te imite y usa suavemente las manos para dar golpecitos debajo de los ojos, en la clavícula y debajo del brazo. Puedes demostrarlo primero con el peluche del niño, para que se sienta más cómodo y conectado”, dice Karnad.
Gupta sugiere tener preparadas algunas frases: “Puedo ver que no te encuentras bien y debe de ser muy duro para ti, pero estoy aquí para ti y lo superaremos juntos”, o “Te tomo de la mano, avísame si quieres algo”; ofrécele una bolsa de hielo para que se calme e intenta jugar a algo con él. Pídales que hablen de su escuela y de sus amigos, y ayúdelos a superar el ataque. En caso de que empieces a sentirte abrumado al ver a tu hijo pasar por esta situación, pide ayuda a la tripulación.