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El poeta Manuel José Othón

Plano Informativo | 07/07/2023 | 01:37

Considerado uno de los principales poetas del siglo XIX, Manuel José Basilio Othón Vargas, el personaje, el artista, el poeta. El catedrático y el diputado. Abogado de profesión, ejerció en distintos estados de la República. Nació y murió en San Luis Potosí, entre el Siglo XIX y el Siglo XX al nacer en el año 1858 y fallecer en 1906.

Fue miembro de la Academia de la Lengua. Sus poemas y sus cuentos se publicaron en diversas revistas y diarios de su época. Colaboró en El Búcaro, El Pensamiento, La Esmeralda, La Voz de San Luis, El Estandarte, El Contemporáneo, El Correo de San Luis, El Renacimiento y El Mundo Ilustrado.

la belleza de los paisajes mexicanos y su formación altamente humanística lo llevó a profundizar en ellos a través de la poesía. Muestra de ello se confirma en su más célebre poema titulado “Idilio salvaje” que presenta los fuertes vínculos que pueden unir el ardor de la pasión amorosa con los remotos temores religiosos y la indómita fuerza telúrica de la naturaleza. A su primer libro “Poesías”, escrito en 1880, le siguieron “Poemas rústicos” (1882), “Nuevas poesías” (1883), “Noche rústica de Walpurgis” y “El himno de los bosques”.

Además de los referidos poemarios, Othón dio a la imprenta varias narraciones breves y extensas que, en general, no alcanzan la altura estética, religiosa y filosófica de sus versos. También fue un notable autor de piezas teatrales, entre las que sobresalen Lo que hay detrás de la dicha (1886) y El último capítulo (1905). Una recopilación de sus Obras completas vio la luz en México en 1945.

Casa Museo Manuel José Othón

Ofrece una panorámica de la vida y obra del poeta a través de objetos, muebles, documentos, libros y fotografías.
Se encuentra en la calle que lleva su nombre en la esquina con Morelos y Escobedo, en el corazón del Centro Histórico.
Fue inaugurada en 1966 y es la casa donde nació.

La casa modesta tiene características de las casas de su época. Cuenta con un patio central en torno a las cuales se encuentran las demás recámaras como la sala, el comedor, el despacho, el dormitorio, la sala de lectura, el epistolario. En un patio pequeño en la parte posterior se encuentran la cocina y el baño. Aunque está amueblado y los muebles son de esa época, no pertenecían a la familia Othón.
Es considerada junto a la Casa de la Virreina, la Casa Mariano Jiménez, la Casa Pitman y la Casa del Poeta Ramón López Velarde como una de las casas históricas más importantes de la ciudad.

Su legado
A la par de la escritura, inició una carrera política y de servicio público en la que ocupó distintos cargos, entre ellos la docencia, pero también ejerció como agente del Ministerio Público, juez en varias poblaciones del país y diputado federal; incluso, estuvo a cargo de la Dirección del Registro Público de la Propiedad.

En sus inicios, su escritura estuvo muy influenciada por los clásicos, pero empezó a hacerse a una voz propia cuando siguió su instinto poético. Pronto logró diferenciarlo del modernismo creciente a partir de una escritura que muchos estudiosos destacaron como contemplativa, en la cual el paisaje mexicano cobra especial importancia.

Othón se saldrá del reflejo y la descripción de la vida natural para profundizar en la inmensidad de sus elementos, registrando con una voz sensible las puestas de sol y la existencia del ser humano ante los grandes paisajes.

“Idilio Salvaje” (1906)
Mira el paisaje: inmensidad abajo,

inmensidad, inmensidad arriba;

en el hondo perfil, la sierra altiva

al pie minada por horrendo tajo.

Bloques gigantes que arrancó de cuajo

el terremoto de la roca viva:

y en aquella sabana pensativa

y adusta, ni una senda, ni un atajo.

Asoladora atmósfera candente,

do se incrustan las águilas serenas

como clavos que se hunden lentamente.

Silencio, lobreguez, pavor tremendos

que viene sólo a interrumpir apenas

el galope triunfal de los berrendos.

(Fragmento Idilio Salvaje)

Entre la escritura y la enfermedad
La vida de Othón se acortó debido a que contrajo tuberculosis, pero la enfermedad no fue obstáculo para que sus manos siguieran escribiendo. De hecho, aún enfermo contrajo matrimonio con su novia Josefa. En ese mismo período, fue nombrado juez de Guadal, labor que desarrollaba en las mañanas, las tardes las dedicaba a tomar notas de sus poemas y en las noches se sumergía en la lectura y la escritura. Fue así como escribió obras como “Herida en el corazón”, “La sombra del hogar” y “La cadena de flores”, todas ellas obras dramáticas.