Muy Interesante | 02/05/2023 | 17:01
En 1925 en Alaska. Una ventisca obstaculiza la vista. Ello no impide que Balto, un husky siberiano de gran energía y valentía, avance en la nieve arrastrando un trineo. Su gran fuerza hace de Balto uno de los mejores perros para jalar estos artefactos. Su misión es vital: lleva una carga de medicamentos que tiene que llegar pronto a su destino.
Los medicamentos que transporta son para salvar las vidas de niños y jóvenes en la ciudad de Nome, aislada por la nieve, los cuales están amenazados por la difteria. Balto es parte de un grupo de más de cien perros que se han relevado a para transportar la antitoxina desde Anchorage.
Balto llega a Nome para que los médicos suministren la medicina a los jóvenes. El perro lo logró y ello lo llevó a convertirse en una celebridad dentro y fuera de las fronteras de Alaska.
Lo hecho por Balto debe destacarse: lideró el grupo del último relevo que cubrió más de 1.000 kilómetros en 127 horas. Todo ello en medio de temperaturas por debajo de los -10 ºC.
Tras la muerte de Balto en 1933, sus restos fueron conservados y expuestos en el Museo de Historia Natural de Cleveland. También se erigió una estatua en Central Park en Nueva York e incluso hay una película animada que recuerda su hazaña: Balto, de 1995.
La hazaña del perro jamás fue puesta en duda, pero siempre permaneció en el aire una cuestión: cómo sobrevivió al largo camino en medio de condiciones climatológicas tan adversas. Para responder a esta duda, un grupo de científicos se dieron a la tarea de examinar los restos de Balto.
“La fama de Balto y el hecho de que fuera taxidermiado nos brindaron esta magnífica oportunidad de ver, 100 años después, cómo era genéticamente aquella población de perros de trineo y compararla con los perros modernos”, explica Katherine Moon, investigadora postdoctoral de la Universidad de California en Santa Cruz y autora principal del estudio.
Su equipo tomó muestras de piel del perro y reconstruyó su genoma, que es el conjunto de genes de un organismo. Después compararon este material con el de 680 perros contemporáneos. El equipo también comparó los genes de Balto con los genomas de otras 240 especies de mamíferos.
Contrario a la leyenda que afirmaba que Balto era mitad lobo, el análisis no encontró pruebas de que lo fuera sino que compartía antepasados con los huskies siberianos y los perros de trineo.
El resultado final de la investigación fue que Balto tenía menos mutaciones potencialmente peligrosas que las razas modernas de perros, lo que sugiere que era más sano.
“Balto tenía variantes en genes relacionados con cosas como el peso, la coordinación, la formación de las articulaciones y el grosor de la piel, lo que cabría esperar de un perro criado para correr en ese entorno”, escribió Moon en un comunicado.
En resumen, Balto era un perro mestizo cuya diversidad genética le ayudó a ser más resistente al hostil ambiente de Alaska.