Muy Interesante | 25/01/2023 | 14:49
La peste negra fue un acontecimiento catástrofico durante la Edad Media en Europa. Este hecho asoló el continente entre 1347 y 1353, causando la muerte de millones. Los brotes de peste en Europa se extendieron hasta el siglo XIX. Comúnmente se ha dicho que fueron las ratas quienes provocar los contagios entre los europeos, aunque un nuevo estudio tiene una opinión diferente.
La bacteria que causa la peste, Yersinia pestis, se mantiene a largo plazo en roedores y sus pulgas,. A esto se le denomina “reservorio” animal. Aunque la peste comienza en los roedores, a veces se extiende a los humanos. Es posible que Europa haya albergado estos reservorios animales.
Otras investigaciones han dicho que la peste llegó a Europa desde Asia. Hasta el presente, las hipótesis al respecto son tema de controversia científica.
Una reciente investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), propone que las condiciones ambientales en Europa habrían impedido que la peste sobreviviera a largo plazo en ratas. Entonces, ¿por qué perseveró durante tanto tiempo?
Según los análisis de investigadores, las altas concentraciones de algunos elementos en el suelo, como el cobre, el hierro y el magnesio, así como un pH elevado del suelo, aunado a las temperaturas más frías, las mayores altitudes y las menores precipitaciones, favorecen el desarrollo de reservorios persistentes.
Por otro lado, el estudio menciona que es aún menos probable que existieran reservorios de peste de roedores salvajes durante siglos, desde la peste negra de 1348 hasta principios del siglo XIX.
Los expertos teorizan que los reservorios de roedores persistentes y a largo plazo pueden haber existido durante milenios en Asia central. Una vez que la peste cruzó a Europa desde Asia central, parece que sembró uno o varios reservorios en los roedores de Europa central.
Sin embargo, como las condiciones climáticas locales no favorecían a los reservorios persistentes durante mucho tiempo, la enfermedad tuvo que ser reimportada, al menos en algunos casos.
Hubo tres brotes de peste en Europa: el primero a principios del siglo VI, que duró hasta finales del siglo VIII. El segundo comenzó en la década de 1330 y duró cinco siglos. Una tercera pandemia comenzó en 1894 y sigue entre nosotros en lugares tan distantes entre sí como Madagascar.
La rapidez y frecuencia con que se dieron los brotes, varió. Según crónicas, las plagas de la segunda pandemia se propagaron más rápido y más ampliamente que otra enfermedad durante la Edad Media. De hecho, fueron más rápidas que en cualquier otro periodo hasta los brotes de cólera de 1830 o la gran gripe de 1918-20.
Es importante señalar que tanto los roedores salvajes como los no salvajes (las ratas) se desplazan mucho más despacio que el ritmo de transmisión por el continente.
La gran interrogante sobre este tema es saber hasta qué punto la transmisión de la peste dependía de roedores de desplazamiento lento o si se podía propagar mucho más eficazmente de persona a persona.
Los científicos especulan si esto podría haber ocurrido debido a las pulgas y piojos de los roedores, o a través del sistema respiratorio de las personas y al contacto entre semejantes.