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1.5° centígrados , el principio del fin

Oscar Esquivel | 12/11/2022 | 13:12

Comenzó otoño, los fríos vientos ya sienten, las mañanas son frescas que ameritan cubrirse con alguna prenda abrigadora, los pájaros comienzan a dejar de cantar muy temprano, lo hacen con los primeros rayos del sol. En esas mañanas donde se ve el cielo rojo, privilegio de madrugadores, la brisa roza el rostro, recorre las mejillas y reconforta.  

 

Con las horas que pasan, el calor comienza a subir la temperatura de la tierra, las nubes que se veían de madrugada ya no están para medio día, la presión atmosférica y el calor disipan toda acumulación del vapor que podrían ocasionar lluvia, la frescura del otoño parece ya al inicio de primavera, el reloj corre, no perdona al clima, ya para la tarde o noche solo hace fresco, el frio cada vez más lejano, producto del cambio climático. 

 

“La naturaleza no da, sino presta, y libera, solo anticipa a los generosos” Shakespeare y si, a esto que dice el dramaturgo, la naturaleza universal no regala nada ni otorga privilegios, solo nos presta lo que tiene para liberar nuestro potencial humano, y tal parece que el “potencial” lo convertimos en astillas en lugar de árboles.

 

Han pasado millones de años, y solo en miles, que representan un segundo para la llegada de la existencia de la civilización humana, somos un grano de sal en el mar del tiempo, desde que el mundo fue habitable con grandes animales y vegetación exuberante, ellos en millardos de años vivieron entre terremotos, volcanes, contaminación por la misma tierra, siempre se mantuvieron vivos adaptándose, llego un meteorito y todo lo acabo, se extinguió toda vida. Pasaron otros miles de millones de años y los grandes mamíferos aparecieron, posteriormente y después de haber disfrutado la paz y el cobijo de la tierra, apareció en un parpadeo, el mamífero más salvaje que jamás haya dado el universo, el hombre. 

 

Tenemos gracias al parpadeo de la evolución, la última palabra en el conocimiento, como raza humana no existen, competidores a todo ser vivo lo hemos conquistado, somos la arrogancia del poderoso, como también podemos ser lo sublime. ¿Es a acaso que la naturaleza nos doto de sabiduría para transformarla? Para algunos somos la envoltura sutil, para otros, el hombre es el salvaje que arde y lleva el fuego infernal de la destrucción, pero como la naturaleza es la que hace al hombre, cargamos en cada brazo al cielo y al infierno ¿Cuál de los dos habremos escogido? 

 

DESORIENTADOS

Parados frente al desastre, la temperatura del medio ambiente, en los países europeos ha aumentado 4°c promedio en el pasado verano, mientras que, en la India, el Cuerno de África, y parte Asia las temperaturas bajaron un 4% en comparación hace diez años. En África septentrional, de los países con desierto, hasta el ecuador africano en Tanzania donde se alberga el parque del Serengueti, las sequia se ha extendido por 10 años y de manera severa 3 años consecutivos, en imágenes dantescas 18 millones de personas mueren por el  hambre y la guerra, los animales de granjas sucumben de sed, para los animales salvajes, la cosa es peor, en imágenes desoladoras se observan miles de ellos tendidos en la tierra, ya ni los carroñeros tienen fuerzas a la falta de agua para comerlos.  

 

El cambio climático es una realidad, los gobiernos del mundo hacen como que escuchan, la verdadera razón de la sordera es la economía, no la de usted ni la de la mía, es la de los grandes consorcios multinacionales, que en aras del progreso han contribuido a la desertificación del planeta. 

 

La lluvia cae cuando ya es tarde, los ciclos del agua han cambiado, por consiguiente, el campo ya no produce, mucha de la escasez de alimentos se da porque las plantas no se han adaptado a su nuevo ciclo y para ello pasaran años; los alimentos escasean, para un futuro lo que se produzca serán en invernaderos a precios muy altos.

 

Desde el siglo XIX la temperatura ha aumentado en 1.11°c las consecuencias ya son evidentes, solo imaginemos si llegamos al 1.5°c. El alto nivel de concentraciones de gases de efecto invernadero CO2 y metano son la enfermedad, incrementan la temperatura de los océanos, deshielando los glaciares, provocando la  acidificación de los océanos  dejando de absorber  el 23 % de las emisiones de CO2 que se acumulan, al no interactuar con el agua de mar la acidifica poniendo en peligro a organismos y ecosistemas, por lo tanto, a la seguridad alimentaria. 

 

El nivel medio del mar aumento el año pasado 4,6 mm , de continuar así, las aguas marinas subirá de nivel en los próximos 20 años 1 metro, desapareciendo ciudades enteras de las costas. 

El permafrost o el sistema de la criosfera desaparece rápidamente, los glaciares del mundo, perdieron tal masa de hielo, sin precedentes por las olas de calor y los incendios del sur del planeta que provoco en Groenlandia, se ocasionara un episodio de deshielo por la lluvia inesperada en punto más alto de la capa de hielo, misma que reposa a una altitud de 3.216 metros. Un evento donde no se tenía registro desde la historia del hombre.

 

Las inundaciones hacen un caos, se dan pérdidas materiales, de personas, cosechas, además saliniza la tierra si se está cerca de la costa no apto para la agricultura. 

 

La sequía, el infierno mismo en la tierra y el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida alcanzo ya los 24,8 millones de km2 eventos que parecen irreversibles. 

 

Continuarán las hambrunas, los desplazamientos y la vulnerabilidad de los ecosistemas, siendo los efectos sociales de mayor preocupación e indeseables, tristemente ya cohabita entre nosotros.

 

Como sociedad tenemos que proteger el ambiente, mantener los árboles a pesar de la abulia gubernamental, consumir menos agua, bajar los niveles de calentamiento en los hogares ahorrando energía, producir menos basura, disminuir el consumo de productos cárnicos.

 

Nuestros hijos, las nuevas generaciones, de seguir así, si la temperatura de la tierra llega a 1.5°c ya no habrá retorno, será el principio del fin, la biodiversidad como la conocemos desparecerá. 

Recordemos que el mundo no es de los gobernantes, es de cada uno de los habitantes de esta tierra herida, en nosotros está en revertir la tendencia.

 

Nos saludamos pronto 

OSCAR  ESQUIVEL