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Escasea el vino de consagrar

| 23/09/2010 |

La Arquidiócesis de México advirtió de un posible desabasto de vinos para consagrar, después de que el pasado julio la compañía Casa Pedro Domecq suspendiera la producción de estas bebidas. Ante esta situación, se tendría que recurrir a la importación, con lo que el costo por botella asciende al doble.

El auge de producción, comercialización y distribución de vinos de consagrar que en otras épocas enorgullecía a las casas vinícolas mexicanas pasa por un momento difícil, porque otras productoras como El Vergel y Casa Madero también han suspendido la producción de esa bebida especial para la misa.

El vino para consagrar, según el catecismo de la religión católica, “debe ser natural y puro, no contaminado con sustancias extrañas, conforme a la antigua tradición de la Iglesia”. Además, los concilios Florentino y Tridentino especifican que deben ser utilizadas uvas maduras para su producción y aclara que no deben tener alcohol.

En la actualidad, indicó el Arzobispado, hay una veintena de casas vinícolas productoras de renombre en México, pero sólo algunos vinos, como las marcas Eminencia, Excelencia, Vino Generoso para Consagrar en sus variedades dulce y seco, o Tres Reyes son conocidos por los sacerdotes como válidos y lícitos para la misa.

Para regular la validación y autorización de los vinos, desde la década de los 80 la Conferencia del Episcopado Mexicano ha realizado esfuerzos para trabajar conjuntamente con las diócesis, sin embargo no se ha logrado concretar nada.

Por eso cada obispo puede autorizar el vino que se produzca en su propio territorio diocesano; sin embargo, puede ser distribuido y comercializado en cualquier rincón del mundo, si no hubiera alguna contraindicación particular de otro obispo diocesano.

El sacerdote Ricardo Valenzuela, ceremoniero de la Catedral de México, y el padre Jesús María Sánchez Montejano advirtieron que sin una reactivación de la producción de vino de consagrar mexicano las diócesis deberán recurrir a la importación de barricas y botellas de vinos provenientes de Estados Unidos, Chile, España, Italia y Francia principalmente.

La importación del vino de consagrar, explicaron, tiene más complejidades que las económicas, entre ellas que la adquisición de barricas debe contar sin excusa con el sello episcopal de aprobación, y debe estar respaldado en análisis encomendados por los obispos para certificar la pureza. Si de estas barricas una compañía distribuidora quisiera embotellar, también requieren la validación del obispo de las diócesis productora y destinataria.

Esto sin contar la elevación del precio cuando llegue al párroco como consumidor final, por los trámites aduanales de derechos arancelarios y el aviso sanitario por importación de bebidas alcohólicas en el país, pagos que tendrían que cubrir las casas importadoras.

Además, los vinos tienen que ser adquiridos de manera individual en cada parroquia.

- Claves

El mercado

• Los vinos de consagrar varían en precios, que van desde los 30 y 40 pesos, de El Vergel, hasta los 80 y 90 pesos, como la Sangre de Cristo, de Pedro Domecq.

• Si el sacerdote tiene un gusto más exquisito y recursos puede adquirir vinos de importación que cuestan aproximadamente 200 pesos.

• En un templo en donde se tienen por lo menos siete misas los domingos, más dos el resto de los días de la semana, se consumen entre 6 y 7 botellas al mes.