Aquel escándalo que recorrió, sacudiéndolo, el país sigue latente. El que se refiere a la despenalización de la interrupción del aborto antes de la duodécima semana de la concepción.
En Brasil, en el contexto de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), el Pontífice de la Iglesia Universal, Benedicto XVI tocó el tema y, no lo hizo, como apuntan algunos observadores políticos, superficialmente.
Benedicto XVI, ciertamente, se refirió a este tema, veladamente y con muy pocas frases, pero contundentes.
Aquí, en México, se apagó momentáneamente la pasión. El cardenal Norberto Rivera Carrera y la Conferencia del Episcopado Mexicano han guardado silencio tras la tormenta.
No obstante, en los hospitales del Distrito Federal son cada vez más los profesionales de la medicina que echan mano a su derecho de objeción, negándose a la interrupción de los embarazos.
Las autoridades del Distrito Federal, por su parte, no han presionado para que las disposiciones de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se concreticen a ese respecto.
Y aquella manifestación multitudinaria por la que 19 mil o más personas posaron desnudas para el fotógrafo estadounidense, Stephen Tunick, parece que se ha conformado con el establecimiento de una marca mundial que duplica la marca establecida en España.
¿Por qué se desnudaron 19 mil personas? Los sociólogos aún trabajan para encontrar una explicación. Y es que no se trata de algo tan simple como una respuesta emotiva y multitudinaria a una convocatoria del fotógrafo gringo; por ello, hay quienes apuntan, a manera de hipótesis, que más allá de esta convocatoria, que más allá del deseo de romper, de pulverizar, de masacrar la marca española, los mexicanos y mexicanas que participaron en la fotografía colectiva, consciente o inconscientemente enviaron al clero político y, en especial al cardenal Norberto Rivera Carrera, un mensaje por el que se recuerda la laicidad del Estado Mexicano.
Pero otra vez se trata de una hipótesis simple (no simplista), porque debe entenderse que en aquella multitud desnuda en el Zócalo se congregaron tantas razones como personas desnudas; incluso hay testimonios en el sentido de que no todas las que se reunieron en el corazón político del país se inscribieron, se registraron.
Muchos lo hicieron al calor de la aventura, otros, ciertamente por razones políticas, como hicieran los integrantes de Los 400 Pueblos que se desnudaron frente a la Cámara de Diputados, o como lo hicieran los mineros en su momento y, más recientemente (aunque no hubo desnudo total) algunos maestros el 15 de mayo. Otros, claro, estando registrados, se arrepintieron en el último momento.
Se ha dicho, se escuchó, cómo las mujeres mexicanas corearon una consigna:
--Norberto Rivera… el pueblo se te encuera.
Pero no fueron todas las mujeres ni todos los hombres que decidieron acudir al Zócalo a tomarse una foto como Dios los envió al mundo.
Sólo podemos, por ahora, afirmar que se trata de un fenómeno inédito, inaudito, sorprendente, que reclama un análisis profundo, serio, ordenado, meticuloso… científico.