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Antigua Penitenciaría de San Luis Potosí

Paola De la Rosa | 24/08/2021 | 03:23

San Luis Potosí, SLP.- En la Calzada de Guadalupe, construida con cantera rosa y piedra morada, la antigua Penitenciaría del Estado, se alza con su aspecto de fortaleza medieval. En poco más de cien años, sus muros atestiguaron las vidas de hombres y mujeres anónimas, peligrosos criminales y delincuentes comunes, pero también fueron el marco de sucesos históricos.  

Primera piedra 

La primera piedra se puso el 5 de febrero de 1884, según los planos del arquitecto Carlos Suárez Fiallo. El edificio, aún inconcluso, fue inaugurado, el 5 de mayo de 1890. Suárez Fiallo, quien contribuyó de manera importante en la arquitectura de la capital potosina, diseñó la distribución de la planta y las galerías de celdas, en forma de estrella, siguiendo el sistema panóptico, ideado por el filósofo Jeremy Bentham, que facilitaba la vigilancia de las celdas desde un punto central. 

Su construcción inició cinco años antes que la del Teatro de la Paz, y datos históricos refieren que el gobierno del General Carlos Diez Gutiérrez, invirtió más en esta cárcel que en el también llamado Coloso de Villerías. 

Su arquitectura 

El portal Cronologías de San Luis Potosí, describe que el exterior está acotado por cuatro torreones idénticos a los que van sobre la puerta y, adosada a la parte media de cada uno de los muros más largos, tiene una torre octogonal que sirve de fortín. En su interior había una explanada en la que alguna vez hubo una fuente donde se reunían los visitantes de los internos. 

Recinto histórico 

En una de sus celdas estuvo preso Francisco I. Madero y probablemente ahí se gestó el Plan de San Luis, que daría inicio a la Revolución Mexicana, el 20 de noviembre de 1910. Aunque se redactó en San Antonio, Texas, el Plan fue fechado el 5 de octubre —último día que Madero pasó en la Penitenciaría de San Luis Potosí. 

Centro de las Artes 

Esta fortaleza funcionó como prisión hasta marzo de 1999, cuando los internos fueron trasladados al nuevo reclusorio estatal de la ciudad. Actualmente, alberga el Centro Estatal de las Artes y el Museo Leonora Carrington. Su diseño conserva la fachada, las bardas con las torres de vigilancia, el pasillo perimetral o ‘callejón de la muerte’ y la celda que utilizó Francisco I. Madero.