María González / Fotos: El Arcón de los Abuelos | 27/06/2021 | 01:25
Era un martes como cualquier otro y el Centro Histórico estaba abarrotado, como siempre. Los puestos semifijos que llenaban la Calle Guajardo y la explanada atrás del Mercado Hidalgo, así como el Pasaje Alhóndiga y el Mercado de los Huaracheros esperaban que mejoraran las ventas con la llegada de la quincena. Corría el año de 1974 en la capital potosina.
El día parecía normal
A media mañana la algarabía se intensificó conforme llegaban más compradores y los comerciantes compraban lo que encontraban para almorzar, cuando llegó la pipa a surtir gas a la tortillería. A nadie le pareció extraño porque era algo normal, que ocurría periódicamente.
Pero ese martes fue diferente. La tragedia se cernía sobre la zona y nadie estaba preparado.
Mucho se había advertido
Es cierto que muchos sectores de la sociedad potosina se habían pronunciado en favor de que se regulara la cantidad de puestos y comerciantes en la explanada, pero nadie se había atrevido a enfrentar la reubicación de los informales.
Hasta ese martes 14 de junio del año 74.
Obed llegó a media mañana
El trabajador de la empresa gasera, un hombre llamado Obed, conectó la manguera al tanque estacionario de la tortillería, en el corazón de ese mundo de puestos semifijos, y abrió la válvula para llenar el tanque de la tortillería, sin darse cuenta de que tenía una fuga.
Cuando lo notó fue demasiado tarde, porque en cuestión de segundos explotó la pipa causando destrucción y terror a su alrededor.
Los puestos semifijos, que estaban armados con tablones y cartón, salieron volando junto con la mercancía y los vendedores.
Feroz fue la lucha de los bomberos contra el fuego
El pánico se apoderó de las personas que estaban cerca del lugar de la explosión y la desbandada de ciudadanos presa del pánico dificultó la llegada del cuerpo de Bomberos.
Una vez que se abrieron camino hasta el lugar de los hechos, los bomberos capitalinos dieron una feroz batalla contra el fuego, con el tiempo en contra, porque temían que las llamas alcanzaran los contenedores de gas de los locales de comida del Mercado Hidalgo.
Los daños fueron cuantiosos
Y es que se acercaba ya la hora de las comidas, todos los puestos estaban abiertos y en servicio.
Cuando finalmente lograron sofocar el fuego, se desató la rapiña, decenas de personas se acercaron para llevarse lo que quedaba de rescatable de entre la mercancía carbonizada.
Los daños fueron cuantiosos, los heridos también y milagrosamente Obed, el chofer de la pipa, salvó la vida.
Ahí nació el proyecto del Mercado República
Después de esa tragedia las autoridades reconocieron la necesidad de construir otros mercados y así fue como nació el proyecto del Mercado República, que después también se les incendió, pero esa es una historia para otro día.