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Las mejores palabras para una mujer que perdió a su bebé

Glamour | 16/10/2020 | 00:00

El 15 de octubre se lleva a cabo el día Internacional de la muerte perinatal, y es importante hablar de esto. Te decimos en qué consiste y cómo ayudar

 

En la vida pasaremos por muchos duelos, eso es algo que se sabe... pero a pesar de esta certeza, poco se habla de ello. El tema de la muerte nos resulta muy difícil, y muchas veces se elige el silencio... pero hoy, más que nunca, en un momento clave para la salud emocional, es urgente hablar de todas nuestras emociones, sin importar cuáles sean, para aprender a convivir con ellas y aceptarlas, incluidas la pérdida de un bebé.

 

Por eso, a razón de que el 15 de octubre es el Día Mundial de la muerte gestacional, perinatal, neonatal e infantil, hemos decidido dedicar este espacio para hablar del tema. Perder un bebé es una situación complicada, pero abrir la conversación puede ayudar a las personas que lo experimentan a buscar apoyo y a saber que hay maneras de llevar este proceso. Y al mismo tiempo crear sensibilidad para que todos sepamos cómo ayudar de una manera empática. ”Es bien importante hablar de esto porque como humanos –llenos de virtudes y defectos– no sabemos cómo hacerlo; nos da miedo y no sabemos qué decir”, menciona Valeria Beretta, publirrelacionista y mamá de Lucas, un hermoso bebé que vivió brevemente, pero dejó mucho aprendizaje. “Cuando pasas por esto, la gente no sabe qué decirte o si incluso buscarte. Normalizar es el primer paso: tenemos que hablar del tema. Hay miles de mujeres que han pasado por la muerte gestacional y perinatal, muchas incluso cercanas a nosotros y no lo sabemos porque no lo comparten, ya que es doloroso y el dolor es también un tabú”. Efectivamente, como dice Valeria, se suele lidiar con algunas emociones de manera silenciosa, incluso evadirlas, sin embargo esto pocas veces trae algo positivo. ¿Pero qué pasa cuando decidimos hablar de estas emociones? “Cuando empecé a compartir mi experiencia en redes, me impresionó la cantidad de papás y mamás que me escribieron para contarme historias similares y compartirme que nunca habían podido externar de esa manera el dolor. Esto me hizo ver que hacen falta muchos espacios para reflexionar y analizar el tema”. Y aunque parezca obvio, Valeria enfatiza agudamente que en la conversación también debe entrar el personal médico. “Hablar abiertamente de esto también puede llevar a que los profesionales de la salud (y hospitales) estén bien formados para atender a los padres que se enfrentan a este revolcón que es la pérdida de un hijo. Que sean empáticos en el proceso, sobre todo al momento de dar información y esa devastadora noticia. En el personal médico hemos encontrado de todo, desde enfermeras y doctores sumamente humanos, empáticos y profesionales, hasta fríos, mercenarios y 100% deshumanizados. Darle visibilidad a estos temas, puede ser el puente para fomentar la sensibilidad y que la mayoría sepan escoger la palabras y formas correctas", menciona Valeria.

 

¿QUÉ ES LA MUERTE GESTACIONAL, PERINATAL Y NEONATAL?

 

La muerte gestacional o fetal ocurre cuando el feto tiene más de 22 semanas en el vientre de la madre; cuando cumple 28 semanas, o nace y supera la primera semana de vida pero fallece, es la muerte perinatal. Y en el caso de que el bebé presente problemas los primeros 28 días y muere, se conoce como muerte neonatal. Estos sucesos son un impacto muy fuerte en la madre y la pareja, además de sus personas cercanas. Sin embargo, eso no significa que el tema no deba ser hablado o que se oculten las emociones que conlleven.

 

AYUDAR A ALGUIEN QUE ENFRENTA ESTE TIPO DE SITUACIONES

 

Valeria nos habla un poco del valor a la hora de recibir apoyo: "En lo personal, aprendí a aceptar ayuda de todos lados, lo cual es difícil si no estás acostumbrado a esto. Muchas veces es cuestión de quitarnos ese estigma de mujeres todo-poderosas y luchonas cargando su cruz, y más bien abrazar nuestra vulnerabilidad y abrirle la puerta a la ayuda. En cuanto haces esto, el apoyo llega de todos lados. En nuestro caso, familia y amigos se volcaron para esto” remarca la mamá de Lucas, quien también enfatiza la importancia de buscar ayuda en nuevos lugares: “También buscamos ayuda externa y profesional: psiquiatras, psicólogos y tanatólogos. En mi caso, también busqué cosas mágicas como la meditación, reiki y hasta una terapia de ángeles. Todo ayuda y aporta, pero no olvidemos que hay que probar de todo para saber qué nos funciona a cada uno".

 

Por otro lado, Valeria observa que el hablar de una manera más abierta sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal, puede llevar a crear planes de ayuda para familias que viven estos sucesos, pero que no tienen los recursos para procesarlo. "Yo tuve la fortuna de poder financiar estas terapias, pero la mayoría de los padres no pueden; y ahí es donde deben de entrar los hospitales con programas de acompañamiento familiar, creación de grupos de ayuda, etc".

 

¿QUÉ DECIRLE A ALGUIEN QUE HA PERDIDO A SU BEBÉ?

 

Hay muchas maneras en que puedes ayudar a alguien que pasa por esta situación. Te damos algunos consejos:

 

SIMPLEMENTE ESCUCHA

 

Lo sabemos, la muerte de un bebé o hijo, si lo vives de manera externa, puede que no encuentres al instante las palabras de apoyo que tanto te gustaría... y eso está bien. Muchas veces la madre o la pareja sólo querrán hablar las cosas y desahogarse un poco, y lo mejor que puedes hacer es escucharlos.

 

NO INVALIDES SUS EMOCIONES

 

A veces pensamos que tratar de dar soluciones que "eliminen" o "escondan" el dolor es ayudar... pero de hecho puede tener el efecto contrario. Recordemos lo que nos dijo la tanatóloga y doctora Julia Muñoz al hablar de cómo superar un duelo: "hay que validar ese dolor y no tratar de aminorarlo o negarlo. Lo que ayuda en un proceso de duelo es validar las emociones que sentimos: enojo, resentimiento, culpa, tristeza, etc. Y saber que no estamos solos". Y ahora, para este tema, ella complementa: "ofrecer cualquier tipo de "solución" o "silver linning" sería invalidar lo que está pasando, porque el dolor de la pérdida no es algo que se tenga que arreglar y que nosotros tengamos que ofrecer soluciones".

 

Así, incluso si lo único que dijiste en la conversación es "¿cómo estás?" está bien.

 

DECIR LAS COSAS COMO SON

 

Hablar de la muerte de un bebé con eufemismos o metáforas es una manera de esconder el tema. Sólo hay que cuidar la manera en que se dicen las cosas, pero no hay que hacer del tema algo tabú o que "no debería ser hablado". Y si la persona con la que hablas llora al mencionar el nombre o la situación (siempre es una posibilidad), hay que comprender que el dolor está ahí y que siguen trabajando en eso.

 

MANDAR MENSAJES PARA SABER QUE CUENTAN CONTIGO

 

No tienes por qué mandarlos cada media hora... pero es bueno mandar el amable recordatorio de que estás ahí, para lo que se necesite. El poder de la presencia como apoyo para una persona que enfrenta un duelo puede ser enorme, ¡no lo infravaloremos! Un mensajito así puede ser un gran bálsamo. Pero eso sí, sé consistente con esa ayuda: si la otra persona desea hablar, escucha. Si desea ser acompañada, acompaña.

 

"La ayuda de nuestra familia, amigos y trabajos fue clave para sentirnos abrazados por una mágica red de apoyo. Lo que siempre digo y repetiré: el amor es más fuerte que el dolor"

 

¡TODO APOYO CUENTA!

 

De verdad, no infravalores el valor que puede tener ofrecer ayuda o el simple gesto de escuchar a alguien más. "Muchísimas cosas nos ayudaron. Mi esposo y yo tuvimos la desfortuna de que Lucas naciera con una condición tremenda y que un año después muriera, pero a la vez somos conscientes de la fortuna que tenemos de ser una pareja que funciona, somos un equipo que trabaja parejo" nos dice Valeria. “Lucas es mi primer hijo. Ese que cambiaría mi vida, aunque nunca pensé que lo hiciera tan rápido. Tan pronto nació, lo escuché llorar, mi esposo tomó dos o tres fotos, me besó y enseguida fue al área donde los doctores estaban revisando a Lucas. Pensamos que nos dirían que había nacido perfecto y que tendríamos esa vida que ves retratada en las paredes de los hospitales, en comerciales y espectaculares: bebés felices, mamás perfectas y padres triunfadores y exitosos. Pero no fue así: Lucas había nacido con una condición llamada Complejo OEIS y los doctores nos informaron que tenían que llevarlo inmediatamente a terapia intensiva. Antes de eso, acercaron a Lucas a mí para que le diera un beso. El Complejo OEIS es una condición que se da en uno de cada cuatrocientos mil nacimientos y se compone por onfalocele, extrofia vesical, ano imperforado y defectos espinales. Es una de las malformaciones más severas compatibles con la vida y al día de hoy, no se sabe con exactitud la causa de la misma”, nos dice Valeria como testimonio. “Las primeras expectativas de Lucas eran muy complicadas, al grado en el que ni siquiera sabíamos si nuestro bebé lograría sobrevivir. La historia que vivimos durante un año dos meses merece todo un libro, nos enfrentamos a muchísimas situaciones que nunca imaginamos y también conocimos personas maravillosas. Lucas vivó en un hospital durante un año. Dos meses y medio vivió en nuestra casa, hasta que una bacteria entró por su catéter y atacó fatalmente sus pulmones. Y fue así como Lucas se convirtió en un angelito”.

 

Ahora, Valeria se muestra más valiente que nunca, y es admirable la luz que le ha dado a este tema (la que escribe esto puede decir que ahora lo ve con menos temor gracias a ella). "Tenemos la fortuna de tener trabajos y seguros médicos. Tener familia y amigos hermosos. Cuando uno toma conciencia de todo lo que se puede agradecer, día con día la perspectiva cambia y el agradecimiento se convierte en la mejor medicina”, explica. “Por supuesto que el apoyo de nuestros trabajos, familia y amigos fueron clave para sentirnos abrazados por una mágica red de apoyo y amor. Lo que siempre digo y repetiré: el amor es más fuerte que el dolor”, finaliza Valeria Beretta, la mamá de Lucas.