Cada que se alista para salir al campo, Ricardo Izecson Dos Santos Leite (Brasilia, 1982) se da unos instantes para encomendarse a Jesucristo.
Cada que se alista para salir al campo, Ricardo Izecson Dos Santos Leite (Brasilia, 1982) se da unos instantes para encomendarse a Jesucristo.
Es Kaká, el hechicero del Scratch du Oro, el hombre que es miembro de la Iglesia Evangélica y de los Atletas de Cristo, el que llegó virgen al matrimonio y planea dedicarse a la vida religiosa cuando termine su exitoso paso por las canchas.
Su inagotable talento lo hace objeto de admiración en Brasil, situación que no termina de convencerle cuando es en extremo. Seguido, sí; nunca venerado como deidad, porque eso es un aspecto sagrado en su vida.
Los torcedores esperan mucho de él en Sudáfrica 2010. Dunga apostó por una Verdeamarelha carente de magia. Buena parte del jogo bonito debe emanar de sus pies, cuya soltura lo encumbró desde joven.
El Milán se adelantó al resto de los clubes europeos y adquirió sus derechos federativos en 2003, cuando era figura en el Sao Paulo. Los Rossoneros desembolsaron 8.5 millones de dólares.
Para entonces, ya era novio de Caroline Celico, hija de una conocida representante y empresaria de la firma Dior en Brasil. Ella era aún menor de edad, por lo que Kaká tuvo que esperar unos años para cumplir el sueño de casarse con ella.
La relación sobrevivió a la partida del elegante mediocampista a Italia. Él le prometió esperarla y no traicionarla... Sus principios religiosos y familiares garantizaban la fidelidad.
El anhelo se cristalizó el 23 de diciembre de 2005, en Sao Paulo. Ronaldo, Adriano, Cafú, Dida, Julio Baptista y el estratega Carlos Alberto Parreira, fueron parte de los 600 invitados a la boda.
Fino dentro y fuera del lienzo verde. Lo mismo dribla rivales que a los paparazzi, quienes nunca lo han encontrado en una situación comprometedora, por más que se esfuercen en seguirlo todo el día.
La llegada de Luca, su primogénito, solidificó aún más la relación, que tuvo un pequeño sobresalto cuando Kaká fue traspasado al Real Madrid.
A Caroline no terminaba de gustarle mudarse a la capital española, pero el amor calmó la situación y ella encontró en el Twitter la mejor forma de desahogarse. Se ha convertido en la vocera de su esposo, ese chico que hace 10 años libró la vida tras fracturarse una vértebra, por un golpe en el trampolín de una piscina. Episodio del que, asegura, salió avante por su inquebrantable fe en Jesucristo.