Ad Magazine | 26/08/2020 | 01:36
La caída de Tenochtitlán tuvo lugar el 13 de agosto de 1521, cuando un grupo español y sus aliados lograron capturar a Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica. Muchos artistas a lo largo de la historia mexicana han mostrado amplio interés en cómo fue que el gran imperio azteca cayó, reimaginando el estilo de vida que se llevaba, además de enaltecer elementos propios de la época, como las serpientes, los jaguares y las pirámides.
Desde artistas mexicanos como Diego Rivera y Rufino Tamayo, hasta talentos internacionales como Leonora Carrington han incorporado estas ideas en algunas de sus obras.
"El mercado de Tlatelolco" de Diego Rivera
En este mural de Diego Rivera pintado en 1945, el artista representa a la gran Tenochtitlán, capital de los aztecas. El mural de Diego tiene muchos detalles y precisión, además cuenta con muchos colores brillantes como el azul en el mar y en el mercado.
Esta pieza representa al centro de intercambio comercial más importante de la región. Durante los primeros años del siglo XVI, las calles se especializaban en productos de la zona y otras regiones de Mesoamérica como pigmentos y joyas hasta los condimentos más exóticos.
“Los ocho presagios del Códice Florentino” traducidos por el Dr. León Portilla
Tetzahuitl significa "acontecimiento extraordinario o hecho portentoso con mensajes de los dioses” y traducido al español se entiende como “augurio” o “presagio". Los tetzahuitl no necesariamente anunciaban acontecimientos negativos y podían irrumpir tanto en el orden de lo cotidiano como en asuntos sociales o políticos.
Entre los acontecimientos comunicados por medio de los tetzahuitl se encuentra la Caída de Tenochtitlán mostrándose en el Códice florentino, aquí aparecen ocho presagios relacionados con la Conquista, recogidos por Bernardino de Sahagún y traducidos por el Dr. León Portilla .
“Cuauhtémoc contra el mito” de David Alfaro Siqueiros
Ésta es la primera obra plástica del artista, elaborada en 1944 con técnicas que rompieron con el muralismo clásico que lo representaba. En primer plano, a la derecha del mural, se puede apreciar a Cuauhtémoc tomando las armas para detener la destrucción de su mundo a manos de los conquistadores.
Los españoles son representados con la figura de un centauro del lado izquierdo del mural, cuyas fuerzas principales son la religión, bajo las patas del caballo aparece la cabeza de un indígena simbolizando el fin de la gran cultura y de frente está Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, emblema de la civilización milenaria.
“El mundo mágico de los mayas” de Leonora Carrington
El resultado de este mural pintado para el Museo Nacional de Antropología de México en 1963, fue una mezcla de imágenes provenientes del Popol Vuh, libro sagrado de los antiguos mayas, con observaciones directas de la sociedad tradicional maya contemporánea y algunos elementos de la Mitología que se ven reflejados en gran parte de su producción artística. Cada parte del mural tiene su simbología y los animales desempeñan un papel central dentro de la iconografía de esta pintura mural, así como en todas la pinturas de esta artista.
Este mural de 4 metros de largo, muestra una representación del cielo, la tierra y el inframundo del mundo maya en el centro, con la cruz maya alzada en lo alto de una de las montañas siendo la mediadora entre los hombres y los dioses.