Era 1916 cuando el gobierno estadounidense exigió a un puñado de soldados: “¡Tráiganme la cabeza de Francisco Villa, a como dé lugar!”. Y comenzó la aventura para ese grupo que obviamente terminó en misión no sólo incumplida, sino hasta de fracaso.
Dirían los más avezados que fue el primero, de pocos triunfos, que ha tenido México sobre Estados Unidos.
El director Felipe Cazals, quien mañana viernes estrena en la cartelera comercial “Chicogrande”, ubicada en ese momento histórico, dice: “Si ellos querían la cabeza de Villa, suena a delirio, entonces debería haber terminado fársicamente, como fue y como se ve en la película”.
Sin lecciones de historia
Pero no se asusten quienes odian la historia. El filme protagonizado por Damián Alcázar como un revolucionario fiel al Centauro del Norte; Daniel Martínez y Juan Manuel Bernal, como miembros del ejército invasor, gira en torno a un cuento escrito por Ricardo Garibay. Toma el hecho real de la invasión a Columbus por parte de Villa, al igual que la Expedición punitiva, pero crea el que éste fue herido y escondido en una cueva, mientras su gente cercana hacía todo lo posible para llevarle un doctor.
“Trata sobre la lealtad”, recalca Cazals, el mismo de las controvertidas “Canoa” y “El apando”. “Chicogrande es un héroe anónimo y lo que me interesa es contar un acto de lealtad hacia uno de los responsables de la Revolución mexicana. Esta película se encuadra dentro de un western fronterizo y tiene reglas como todo”, añade.
A los actores los puso a entrenar equitación, buscó aquellos que supieran hablar el idioma inglés y quienes, por un estilo de trabajo, tuvieran el carácter suficiente para responderle cuando los cuestionaba.
“Y así estábamos todo el tiempo con un rigor muy rico”, recuerda el actor Juan Manuel Bernal.
El filme se rodó en locaciones de Durango, con la dirección de fotografía de Damián García.
Era la primera vez que Cazals trabajaba con un equipo joven. La mayoría no había nacido cuando él ya era un monstruo en la cinematografía nacional.
Todos tenían clara la idea de hacer una película que mostrara los hechos genuinos de confusión norteamericana.
“Si uno lee las cartas (escritas por los militares) se ve que no entendían porque eran recibidos por la gente (mexicana) como los recibían, si se les daba dinero a cambio del bandolero (Villa). No entendían qué pasaba con un país que, según ellos, estaban tan bien con Porfirio Díaz”, comenta Cazals.
Y para contar la historia cuenta con un reparto integrado, entre otros, por Patricia Reyes Spíndola, Tenoch Huerta, Bruno Bichir y Jorge Zárate, cuyo papel pone también en tela de juicio la historia de la Revolución. En una secuencia su personaje dice a Chicogrande, molesto, que ya no tiene más hijos para mandarlos a pelear por alguien.
La idea, expresa Cazals, es que su historia se acerque en algo a los clásicos “Vámonos con Pancho Villa” y “El compadre Mendoza”, que son referentes de la cinematografía nacional.