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El Durián, la fruta más apestosa del mundo

Agencia | 31/01/2018 | 12:24

La fruta es un alimento que no puede faltar en la dieta de todas las personas del mundo. Todas las frutas tienen nutrientes y vitaminas que necesitamos para nuestra salud y para que las comamos, la naturaleza es sabia y se ha centrado en hacer que estos alimentos tengan un buen aspecto por fuera y por dentro, así nos resultan atractivos y nos los comemos con gusto… para poder beneficiarnos de todos sus nutrientes. Pero la naturaleza se olvidó de hacer atractiva a una de todas sus frutas, me refiero al Durián, la fruta más apestosa del mundo.
 
Si una fruta es apestosa lo último que querremos las personas es comérnosla, ¡ni tan siquiera querremos tenerla cerca nuestra! Un alimento maloliente o con mal aspecto no nos lo podremos comer, porque nuestro instinto nos dirá que es peligroso para nuestra salud y que quizá nos estemos poniendo en peligro.
 
 
El durián en los mercados de Bangkok
 
Si has paseado por algún mercado en Bangkok, Kuala Lumpur o Singapur (entre otras ciudades), y has notado un intenso olor a animal muerto (aunque algunos dicen que huele más a excrementos), seguro que has pasado cerca de un puesto de frutas donde vendían el infame durián. En realidad es infame para los incautos turistas que nos hemos atrevido a probarlo, porque en realidad es conocido en todo el sudeste asiático como el rey de las frutas.
 
¿Cómo es esta fruta tan peculiar?
 
Algunos lo describen como: ‘Es como comerse una crema de vainilla en una letrina, y su olor se puede describir como excremento de cerdo, barniz y cebollas, todo mezclado con un calcetín sudado’.
 
El durián crece en los árboles conocidos como durio y se encuentra presente en todo el sudeste asiático, aunque es una fruta nativa de Indonesia, Malasia y Brunei. Es una fruta fácil de reconocer, no sólo por su intenso olor, sino por su aspecto. De considerable tamaño (hasta 30cm. de largo), tiene forma alargada o redondeada y está cubierto por espinas. De hecho su nombre viene del malayo “duri”, que significa espina. La pulpa del durián es carnosa y de un color entre amarillento y anaranjado, de sabor dulce, aunque de aroma difícil de soportar.
 
Las personas que quieren comerlo lo tienen que hacer aguantando la respiración porque el hedor es insoportable para algunos.
 
Una experiencia con el durián
 
Una compañera de esta redacción tuvo una experiencia con esta peculiar fruta y lo describe de esta manera:
 
“Mi primera experiencia con el durián la tuve en un mercado del barrio hindú de Singapur. Me acerqué a un puestecillo que lo vendía, y al instante el tendero ya me estaba ofreciendo un trozo para que lo probara. Lo curioso del caso es que dicho tendero mostraba una sonrisa socarrona mientras me ofrecía la fruta, seguramente consciente de cuál sería mi reacción al probarlo. Tengo que decirte que si consigues soportar el olor del durián, el sabor es muy dulce”.
 
Estoy segura de que muchas personas que venden esta fruta y que están acostumbrados a su olor, se reirán al ver la reacción de otras personas al estar ante esta fruta por primera vez.
 
En algunos lugares está prohibida
Tan fuerte es su olor que está prohibido en muchos aeropuertos, hoteles y transporte público, a lo largo de todo el sudeste asiático.  Es sin duda una experiencia única que no te puedes perder, porque una vez que se huele el durián por primera vez, siempre lo recordarás.
 
Amor y odio hacia la fruta
 
Esta fruta aunque tenga la cáscara intacta y sin abrir, tiene un hedor tan potente que muchas personas no pueden soportarlo. Se puede oler a distancia. En cambio, existe una pequeña minoría de personas a las que les encanta el olor y el sabor de la fruta. Parece ser que la fruta puede levantar amor en unas personas pero tremendo odio para otras.
 
Hay personas que se comen el interior de la fruta de forma cruda, pero también hay quienes prefieren comerlo cocinado. El interior del durián también puede ser utilizado para dar sabor a una serie de platos del sudeste asiático, e incluso se usa para hacer dulces tradicionales.
 
También hay personas que sienten gran devoción hacia esta fruta porque también se utiliza para la medicina tradicional asiática, ya que sirve como anti inflamatorio, para bajar la fiebre e incluso como un potente afrodisiaco.
 
Por qué huele tan mal
 
Esta fruta huele tan mal porque es una mezcla de diferentes productos químicos que hace que produzca este fuerte olor. Los compuestos se identifican por fórmulas químicas muy diferentes entre sí (son unos 50 compuestos químicos en total).
 
Resulta interesante que ninguno de los compuestos químicos parece que de forma individual tenga algo que ver con esta fruta, pero que entre todos ellos combinan diversos olores y lo convierten en algo repugnante. El olor que desprende está entre fresco, afrutado, metálico, quemado, cebolla asada, queso azul, ajo, miel… y cada persona que lo huele añade algo diferente dependiendo de la percepción de cada uno.
 
Todo esto hace que las personas sientan auténtica devoción por esta fruta, o todo lo contrario… que sientan repulsión y no puedan ni acercarse.