Plano Informativo | 04/12/2017 | 01:11
San Luis Potosí, SLP.- Cuando en abril de 2016 se "anunció" un proyecto para construir el Parque Ladrillero que albergaría 70 hornos MK2, para reubicar a los productores artesanales de ladrillo que operan en la zona norte de la capital potosina, la Segam sabía que estaba engañando cuando menos a la población, porque ese proyecto lo manejó la dependencia en 2007, bajo el mandato de Marcelo de los Santos.
El proyecto del parque ladrillero tuvo una inversión inicial de 50 millones de pesos en el predio ubicado en el camino a Peñasco, donde se construyeron los hornos MK2. Durante el sexenio de Fernando Toranzo se invirtieron alrededor de 500 mil pesos y en la actual administración la inversión ha sido de 400 mil pesos.
Hace un año se anunció, como atractivo principal del proyecto, los hornos MK2, de nueva creación, sin embargo éstos fueron presentados como parte del proyecto de 2007 como "El horno ecológico experimental MK2, diseñado por académicos de la Universidad de Chihuahua, y con el apoyo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí al que se le han hecho varias modificaciones y mejoras a la estructura de los hornos. El MK2 aumenta la eficiencia térmica porque su funcionamiento se basa en la colocación de un domo o cúpula que conserva el calor y disminuye la emisión de partículas".
Para octubre de 2007 se habían realizado 10 quemas de prueba "con resultados satisfactorios en cuanto a la reducción de emisiones de partículas a la atmósfera y la calidad del ladrillo".
Así pues, luego de tres administraciones metiéndole mano al proyecto, al menos deberían tener una docena de ladrilleros artesanales convencidos de las bondades de los hornos y listos para instalarse en el predio que se ubica en el Camino a Peñasco, sin embargo esto no es así.
Pero que la Segam engañe a los potosinos con proyectos reciclados no debiera sorprender a nadie. En este proyecto han participado por omisión o complicidad con la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y los ayuntamientos de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez.
Lo más lamentable es que el equipo de trabajadores de la dependencia encargada de velar por el medio ambiente en que vivimos los potosinos, no haya sido más proactivo como para elaborar un proyecto alterno, una opción B en caso de que, otra vez, fueran incapaces de vender los hornos, y así evitar que todos sigamos respirando las partículas cancerígenas que absorbemos día con día.
Esta vez el engaño fue mucho más lejos. El 15 de diciembre de 2016, en la Cuarta Sesión Ordinaria de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC), la comisión potosina expuso las acciones realizadas por el sector público ambiental, entre las que destacaron el status de las Casetas de Monitoreo de la Calidad del Aire del Gobierno Estatal (que no funcionan) y la presentación de "la primera propuesta de construcción del Parque Ladrillero".
Pero proyectos que no se materializan son fracasos, y esa es la realidad de las políticas medioambientales en el Estado. La falta de creatividad, conocimiento, profesionalismo y buena fe por parte de los encargados de cuidar el medio ambiente potosino.
Esto ha quedado demostrado una y otra vez con la autorización de desarrollo habitacionales a los que solo una barda separa de las ladrilleras contaminantes sin que ninguna autoridad, ni estatal, federal o municipal se pronuncien en favor de los derechos de los potosinos.