Mientras Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, pide respeto a sus derechos ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, células de la organización delictiva que lidera, el Cartel de Sinaloa, mantienen asolada la localidad de Baborigame.
Los habitantes de Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo que colinda con Badiraguto, Sinaloa, sufren el aumento de la violencia causada por la incursión del grupo delictivo de Héctor “El Pinto” Román Angulo, del Cártel de Sinaloa.
El grupo de Los Pintos se apropia de predios, quema viviendas y autos, incluso con gente en su interior. Decenas de familias que por años han vivido en esta comunidad, incrustada en el llamado Triángulo Dorado, han optado por huir, para salvar su vida o su integridad, a costa de la perdida de su patrimonio.
De acuerdo con un reporte de Proceso "Aunque el cultivo y producción de amapola es una actividad que los habitantes de Baborigame han naturalizado, ante el exceso de abusos del grupo delictivo, los pobladores comenzaron a armarse para defenderse. Las balaceras constantes, día y noche, las personas ejecutadas que quedan en el olvido de autoridades y estadísticas oficiales, sobrepasaron la tolerancia de los pobladores".
"Los Pintos, el grupo que ha controlado los últimos meses esa región, regresó para intensificar los hechos violentos. Este domingo levantaron al párroco Luis Antonio Salazar de la Torre, de alrededor de 34 años, quien logró escapar de sus captores, pero a quien le quitaron su camioneta pick up, que fue localizada horas más tarde.
"Este lunes continuaron los enfrentamientos, los sicarios calcinaron varias viviendas cerca de un peñasco, una bodega y dos tiendas. En el transcurso de la noche del domingo, quemaron dos vehículos, uno de ellos con cinco personas adentro. Los militares destacamentados en el pueblo permanecieron encerrados en su cuartel y salieron apenas el lunes por la tarde-noche".
Tras enfrentamientos entre facciones, el grupo de Los Pintos volvió con refuerzos.
“Hace un mes y medio comenzaron a bajar avionetas con refuerzos de Sinaloa, son puros jovencitos, se enfrentaron con la gente que ya estaba armada y hubo ocho muertos de Los Pintos, luego huyeron al monte, pero han regresado, roban casas, no dejan en paz a la gente y la están expulsando, se han ido varios maestros”, relata otra mujer de la región.
El caso del secuestro del párroco de Baborigame fue confirmado por la Fiscalía General del Estado. De acuerdo con la información dada a conocer, el plagio del religioso fue reportado a autoridades militares, quienes se enfrentaron a los sicarios, mataron a uno e hirieron a otro. En la refriega, el sacerdote logró huir, y fue localizado más tarde cerca de una gasolinera y resguardado en un lugar seguro.
Mientras esto sucede, la pareja de Guzmán Loera, Emma Coronel, ha acudido a la CIDH, en busca de apoyo para el narcotraficante, quien, según Coronel, es mantenido por las autoridades mexicanas en condiciones de prisión que vulneran sus derechos y ponen en riesgo su salud mental e incluso su vida.
