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Invasión del espacio personal genera una reacción cerebral de defensa

Notimex | 11/10/2016 | 15:18

La invasión del espacio personal, sea de la gente o de animales, genera una respuesta automática e instintiva de defensa en el cerebro, un mecanismo muy básico de supervivencia cuya flexibilidad y tamaño depende de muchos factores, dicen especialistas.

Los científicos saben desde hace tiempo que existe el espacio personal y que una invasión de éste puede hacer que las personas se sienten incómodas, aunque sólo recientemente han comenzado a entender lo que sucede en el cerebro cuando alguien se acerca demasiado.

Cuando alguien se acerca demasiado, hay una respuesta “automática e instintiva” en el cerebro de una persona porque no tiene control sobre ello, “es una reacción inconsciente”, afirma Daphne Holt, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston.

En monos y en seres humanos, los investigadores han identificado una red de regiones cerebrales que incluyen dos áreas que responden a los objetos que se acercan demasiado: la corteza premotora en el lóbulo frontal y la corteza parietal, explica.

El área premotora del cerebro juega un papel en la generación de movimientos y otras acciones motoras, mientras que la corteza parietal es la parte que procesa la información sensorial sobre el mundo alrededor.

En la práctica, las diferencias entre las funciones de estas dos áreas “no son del todo claras; más bien, ambas parecen responder a la información sensorial y están involucrados en la generación de acciones”, añade la especialista.

En esencia, las dos cortezas forman una red que reconoce y mantiene el espacio personal, precisa Holt.

En estudios realizados en monos, los investigadores demostraron que cuando se estimulan las células en esta red cerebral se producen ciertos movimientos de la mano, como el golpear con fuerza, y ciertos movimientos faciales, como una mueca de dolor o entrecerrar los ojos.

En una investigación con seres humanos, Holt realizó escáneres cerebrales a 22 voluntarios para después mostrarles imágenes de rostros, automóviles y esferas, primero acercándolas y luego alejándolas.

Nuevamente los voluntarios fueron sometidos a escáneres y los resultados mostraron que las dos áreas del cerebro respondieron cuando las caras -pero no los coches o las esferas- se “acercaron”, pero no cuando se alejaron.

En efecto, el mantenimiento de espacio personal, o zona de defensa en todo el organismo, parece ser un mecanismo vital de supervivencia tanto en animales como en personas, pues si alguien está muy cerca del cuerpo podría hacerle daño.

Si bien el concepto de espacio personal y protección parece estar bastante establecido en el cerebro, todavía hay variaciones en cómo las personas definen su propio espacio personal desde la infancia y adolescencia hasta la edad adulta, sostiene Holt.

En la década de 1960, el antropólogo estadounidense Edward Hall identificó cuatro diferentes “burbujas” para describir el espacio alrededor de una persona.

La primera burbuja se considera “espacio íntimo” y se extiende en promedio unos 46 centímetros del cuerpo; por lo general se reserva para amigos cercanos y familiares. La segunda, hasta 1.2 metros de distancia, a la que pueden entrar amigos y conocidos.

La tercera burbuja es de “espacio social”, desde 1.2 a 3.7 metros del cuerpo, y acepta las interacciones con nuevos conocidos y desconocidos que pueden tener lugar. Más allá de eso, la cuarta, corresponde al área pública, que cualquiera puede entrar.

Sin embargo, hay muchos factores que influyen en el tamaño y la flexibilidad del espacio personal, incluyendo las influencias culturales, si la persona que está cerca de ti es o no del mismo sexo o nivel social.

Se trata de una función muy básica del cerebro para la supervivencia, señalan expertos en un artículo publicado en el sitio web LiveScience, a propósito del reciente debate entre los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump.

Durante el segundo debate que tuvo lugar el pasado domingo en St Louis, Trump quedó muy cerca detrás de Clinton en varias ocasiones, lo que llevó a algunos a afirmar que invadió su espacio personal.