Una hipótesis de la causa de concentración de arsénico en el agua extraída del subsuelo sería la actividad minera, ya que la oxidación de sulfuros como la pirita o arsenopirita, expuestos a la atmósfera durante los procesos de extracción de minerales del subsuelo, reaccionan con el oxígeno y el agua de la atmósfera generando hierro, sulfato y protones al mismo tiempo que liberan arsénico.
Estudios recientes realizados por el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnología (Ipicyt), revelan que, aunque prácticamente todos los municipios de las zonas Centro y Altiplano presentan problemas por contaminación con arsénico en los mantos acuíferos, es Matehuala el más afectado.
Según la doctora Nadia Valentina Martínez Villegas, encargada de la investigación, señala que en Matehuala se reportan concentraciones de arsénico en los cuerpos de agua, en cantidades alarmantes. Mientras que los valores regulatorios de arsénico en agua para beber deben ser de 0.025 miligramos por litro, en este municipio se reportaron valores de hasta 158 miligramos por litro.
Estos problemas por contaminación se unen a las deficiencias que el Estado ha tenido para lograr una distribución justa del líquido, proveyendo sólo al 64.5 por ciento de su población de agua entubada, mientras que 10 de cada 100 habitantes tienen que salir de su terreno para acopiar agua.
El economista Mario Luis Fuentes establece en su más reciente estudio que las entidades que presentan los peores indicadores en esta materia son: Guerrero, con un 15.1 por ciento de las viviendas sin agua entubada; Veracruz con el 13.1 por ciento; Chiapas con 12.7 por ciento; Oaxaca con 12.6 por ciento y San Luis Potosí con 10.3 por ciento.
Respecto a la contaminación que se presenta en los cuerpos de agua en el municipio de Matehuala, el estudio del Ipicyt establece que la proporción de arsénico decrece desde el centro de la cabecera municipal hacia la población de Cerrito Blanco, en el municipio de Cerritos.
Sin embargo, el peligro no sólo radica en el consumo directo del agua, sino también en que ésta es utilizada para el riego de sembradíos de maíz de la región, presentándose bioconcentración en el alimento, lo que puede resultar muy peligroso para los que consumen el maíz.
La actual propuesta de los investigadores involucrados consiste en realizar un mapeo de los suelos agrícolas contaminados, identificar las rutas de exposición al contaminante y desarrollar sistemas de seguridad que ayuden a la población a identificar los cuerpos de agua contaminados y no contaminados con la finalidad de reducir el riesgo.