Eduardo José Alvarado Isunza
ealvaradois@yahoo.com | 28/08/2008 |
Rumores y publicaciones esporádicas comienzan a informar de
la privatización de los principales sitios naturales de la geografía potosina,
proceso que condenará a esos parajes a su paulatino deterioro y a la exclusión
de su disfrute a miles de personas.
En Semana
Santa, por una plática con un viejo conocido, propietario de un establecimiento
de turismo ecológico sobre las riberas del río El Naranjo, supe por primera vez
del desarrollo de un proyecto de gran turismo, denominado “Huasteca Secreta”.
Consistiría
en un “hotel sistémico” que está construyéndose en los sitios más bellos de la
región huasteca potosina, como eran “Las Pozas” y el “Castillo de Sir Edgard
James” en Xilitla, la “Cascada de Tamul” en Aquismón y el “Salto del Meco” en
El Naranjo.
Otros de
los puntos a ser explotados por esta empresa son los sitios conocidos como: “La
Boquilla”, “La Isla” y “El Sauz” (kilómetro 29 de la carretera Ciudad
Valles-Rioverde). Este último será “el punto de inicio de expediciones y
aventura”.
Son 7 aldeas, que se edifican en
un número igual de los más impresionantes sitios naturales de la región
huasteca potosina, y en las que el turista privilegiado (o sea: de fuertes
ingresos económicos) será atendido a través de un mismo sistema de hotelería.
De acuerdo con la página http://www.huastecasecreta.com/avances.php
se tiene ya totalmente adquirida la propiedad del suelo y construida la
infraestructura. En algunos casos, la obra civil está ya casi concluida.
Seguiría la fase de contratación de personal.
Según mi
amigo, quien aparentemente desarrolla este impresionante proyecto, que lo convertirá
en el complejo hotelero más importante y costoso de la región huasteca
potosina, es Juan Ignacio Torres Landa, hijo de un ex gobernador de Guanajuato.
Confirmé
esta información por una entrevista del periódico A.M. de León a Juan José
Torres Landa y que puede consultarse en la página http://www.am.com.mx/ImprimirNota.aspx?ID=165435&strPlaza=Leon&IDPlaza=1.
A pesar
del impacto que un proyecto así tendría en diversos ámbitos para la sociedad
potosina y su entorno, es curioso que ninguna de nuestras grandes empresas
informativas y organizaciones ciudadanas hayan puesto el tema en la agenda.
Una
investigación hecha sobre el asunto por quien escribe en Internet, ofreció
datos muy ralos. Encontré un comentario en el periódico electrónico “Región
Valles” (www.regionvalles.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=850).
Con fecha
de febrero de este año, por voz de los presidentes de Tamasopo y Aquismón,
quienes se quejaron de estas obras en las cascadas de Tamul, el periodista
Miguel Barragán advierte de la amenaza que representa “Huasteca Secreta”.
A decir de
éste, el propio Torres Landa, a quien entrevistó durante la inauguración de
Tamtoc, le dijo que invertiría 10 millones de dólares. A esa información agregó
el trillado discurso empresarial de la generación de empleos y la detonación
económica.
Sin
embargo, lo que parecía la materialización de un proyecto perfecto, la
concreción de una idea llena de humanismo y beneficencia, elaborada en el
cerebro de un empresario, ha venido a deslavarse.
Junto a la
enorme derrama económica y el número de empleos que supuestamente generaría el
funcionamiento del “primer hotel sistémico del mundo”, a consecuencia de la
renta de suites sobre los 500 dólares, han venido propagándose las
inconformidades.
Aunque
todavía en forma callada y aislada, como decía, surgen voces como las de los alcaldes
de Tamasopo y Aquismón. Denunciaron en febrero que los trabajadores de Torres
Landa detonaban explosivos en las cascadas de Tamul y otros sitios naturales.
Es obvio que para convertir
aquellos agrestes parajes en spas, que ofrezcan un perfil más ajustado a la
ideología del confort, del lujo y del gusto de europeos y americanos que puedan
gastar 500 dólares por hospedarse una noche, debe usarse dinamita.
De esa forma, el perfil rústico
del río Gallinas y las paredes verticales de las cascadas deben limarse con
explosivos o crearse en ellos nuevos atractivos, capaces de introducir al
turismo a una atmósfera de ensueño.
Si quieren túnel debajo de la
cascada, lo harán. Si es necesario introducir un brazo del río Gallinas por una
serie de albercas de aguas quietas, lo construirán. Con 10 millones de dólares
y suites de 500 dólares puede modificarse el inútil estado de naturaleza.
Ante esta amenaza de un nuevo
ecocidio y etnocidio en territorio potosino, como ya ha sucedido en otros sitios, como Cerro de San Pedro, ninguna
autoridad ha sido capaz de ofrecer una postura. Solamente está hundida en el
silencio, como cómplices del suceso.
Esto hace creer que Torres Landa
es solamente un personaje visible de una cabeza de hidra. Comienzan a
escucharse los nombres de Roberto Hernández, principal de Banamex; y de Vicente
Fox y sus entenados Bribiesca, como socios de esta empresa.
Cualesquiera
que sean los nombres de quienes dirigen esta nueva acción criminal contra la
ecología y la cultura de los potosinos, deben ser detenidos por la movilización
social y la denuncia, antes de que sea demasiado tarde.
No sólo
hay que advertir que debe conservarse el estado de naturaleza de los sitios
geográficos de San Luis Potosí por su contribución al equilibrio ecológico.
También estos son importantes para el goce, la recreación y la tranquilidad
espiritual de las personas.
Tamul, río
Gallinas, Micos, El Meco, El Salto, cascadas de Tamasopo y otras que pretenden
ser privatizadas, constituyen un patrimonio de la humanidad. No solamente de
los potosinos que viven en esas zonas, aunque sean sus herederos y
beneficiarios directos.
Ante lo
que nos encontramos es ante un nuevo y terrible acto de enajenación de los
recursos terrestres que han estado como compañeros del ser humano en su proceso
de humanización; es decir, de construcción cultural.
De
triunfar impunemente estos proyectos nos encontraremos ante un tremendo
despojo. Quienes podrán beneficiarse con la belleza de los sitios geográficos,
serán solamente los ricos del planeta, quienes puedan gastar 500 dólares por
una noche.
Esta
tendencia nos llevará al punto en que ninguna familia campesina, popular o
trabajadora podrá salir a pasear al campo, como hasta ahora es posible hacerlo,
sin gastar un peso por sentarnos a la sombra del encino, disfrutar de la vista
y extender una tienda.
No
solamente este movimiento del capital sin control modificará los perfiles
geográficos del planeta y destruirá los cursos caprichosos de la naturaleza
para ajustarlos al concepto idiota del confort, del lujo y del gusto burgués.
De la
mano, se privatizarán y, por consecuencia, impedirán los accesos libres,
directos y espontáneos de la población mayoritariamente miserable a todos
aquellos sitios de la naturaleza que tengan alguna belleza.
Algo semejante
está ocurriendo con otros parajes agrestes, que deberían constituir un
patrimonio de la humanidad. Alguien me ha dicho que el xalapasco “La Jolla
Jundida”, en el vecino municipio de Soledad, ya está cercado. Quizás su
propietario sea Carlos Slim.
Es decir, nos encontramos ante un
nuevo acto contra la misma naturaleza humana. Por eso, sería conveniente que
las organizaciones de la sociedad civil, ante la complicidad cobarde y criminal
de sus autoridades y políticos, incluyan este nuevo tema en su agenda.
San luis
Potosí, S.L.P., a 28 de agosto de 2008.