Se trata de un auto Honda Civic quemado en la colonia 10 de
Mayo, en cuyo interior había tres cilindros de gas, de 10 kilos cada uno; y un
Tsuru en el fraccionamiento Rincón de Humaya, con dos galones de gasolina,
asegurado en la periferia de donde fue incendiada la fachada de una vivienda
con granadas de fragmentación.
EL UNIVERSAL publicó el miércoles que la violencia en Sinaloa entre cárteles rivales del narcotráfico escaló hasta utilizar autos-bomba, método al que recurren organizaciones terroristas en el mundo, según autoridades de Estados Unidos y México.
El procurador de Justicia del estado, Luis Cárdenas,
declinó hablar del asunto al indicar que las investigaciones están bajo la
jurisdicción federal. Dijo que el Ejército ha sido el primero en ser notificado
en los últimos eventos de este tipo, por lo que las autoridades del fuero común
no han intervenido para abrir averiguaciones previas por caer en el ámbito
federal.
Estos métodos de tipo terrorista vuelven a presentarse en
los enfrentamientos entre grupos antagónicos. Hace 16 años, de forma simultánea
en dos fraccionamientos de esta ciudad, decenas de residencias fueron cimbradas
por explosiones con saldo de un velador muerto, siete lesionados y 27 viviendas
dañadas.
Los registros históricos de esta clase de ataques en
Sinaloa remiten a la mañana del 29 de mayo de 1992, cuando dos autos-bomba
cargados con cilindros de 30 kilos de gas fueron detonados con encendedores.
En esa ocasión, la casa de Gustavo Rico Urrea, hermano de
Miguel Angel Rico Urrea, El Chicho Rico, quien era considerado uno de los brazos
fuertes del cartel operado por Miguel Félix Gallardo, sufrió los mayores daños.
-Llamado a la prudencia
Por su parte, el secretario de la Comisión de Defensa de la
Cámara de Diputados, Roberto Badillo, hizo un llamado a la “prudencia” ante el
hallazgo de artefactos explosivos en presuntos “coches bomba” pues hablar de
terrorismo en México nos llevaría “a una dimensión sumamente delicada para el
país”.
Militar de profesión y general del Ejército, admitió que es
la primera vez en su carrera que se conoce en México de la utilización de
artefactos de control remoto para hacer estallar automóviles, pero insistió que
la palabra “terrorismo” tiene una connotación muy distinta y pidió no generar
alarma en la población.