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Más vale tarde… que nuca

Jorge Fernando Canseco
Plano Informativo | 02/07/2008 |


Pues sí, más vale tarde que nunca. Y esto porque la jefatura de inspección de la Dirección de Comercio se ha comprometido en mantenerse al día en cuanto a la obligación de hacer valer y respetar el reglamento correspondiente al control de centros de diversión (que se conocen como antros), para evitar que ocurra en alguno de ellos algo similar a lo acontecido en la discoteca New’s Divine, en el Distrito Federal.

El compromiso es simple: las autoridades de inspección y comercio anuncian que pondrán sus barbas a remojar.

Y ya las pusieron a remojar en muchos otros momentos. Incluso tras la tragedia de Lobohombo, registrada también allá en el Distrito Federal.

Resulta para algunos funcionarios muy atractivo aprovechar situaciones de drama social y familiar para buscar su mayor lucimiento y aparecer ante la sociedad como servidores públicos, cumplidos, responsables y sensibles.

Sin embargo, basta con que el ciudadano realice una inspección a vuelo de pájaro para tomar nota de las irregularidades que presentan más de la mitad, casi todas, de las negociaciones dedicadas a ofrecer diversión.

Para empezar, son pocas las que cuentan con sistemas de seguridad antiincendios; las más carecen de salidas de emergencia y, cuando las tienen, éstas –y si no compruébese in situ--, se encuentran bloqueadas, cuando no inutilizadas o francamente simuladas ¿Qué se prueba? Que carecen de seguridad.

Ahora que han concluido cursos en muchas escuelas y se demandan espacios para organizar “la despedida”, la mayor parte de los antros presenta irregularidades; y es que, como la temporada promete, hay inspectores –que no son pocos--, que cierran los ojos, voltean la cara y, disimuladamente, estiran la mano para ver qué es lo que allí le pegan los antreros.

Así es como se han construido las tragedias.

Como la tragedia registrada en el New’s Divine ha dado la vuelta al mundo, aquí en San Luis se asegura que se tomarán las medidas que sean necesarias para evitar algo así. Declaraciones, nada más. Paroles, paroles, paroles.

Esta es una temporada especial, los antros son hiperdemandados, por lo que apenas concluyen con un compromiso ya tienen encima otros dos o tres, de modo que, por ello mismo, se incrementa el riesgo de una desgracia; de esas que vienen cuando una multitud decide festejar algo y alguien decide aprovecharlo.

No se puede esconder que, por principio estos centros nocturnos, estos antros, incumplen con lo elemental y lo hacen por pragmatismo: se trata de tener los mayores ingresos posibles, como sea, incluso a costa de “untarle la mano” a los inspectores. Y ya se sabe que, a veces, así se va sembrando la tragedia.

Y no están los antreros solos en este “negocio” de acarrear a la muchachada. Están allí los directores, los maestros, los padres de familia y las sociedades de alumnos. Unos por el dinero que representan estos eventos y, otros por aventarse una juerga entre más grande, mejor.

Pero claro que esta reacción de la jefatura de inspección del ayuntamiento capitalino tiene que ser bienvenida; e, incluso, respaldada. Sí claro, cuando de lo que se trata es de dar a los festejantes la absoluta garantía de la seguridad. No se trata sólo de ganancias, se trata de algo más importante: de la seguridad y de la vida de los muchachos.

Sólo esperamos que esta reacción no tenga como interés central únicamente el impacto mediático, el lucimiento personal; aunque se conoce de la responsabilidad de Marco Antonio Torres Navarro, quien ya tiene experiencia en esto. Sin embargo, hay que decir que muchas cosas en estas danzas, siguen sin cambiar.