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Mujer alertó de El Coqueto; autoridades no le hicieron caso

EL UNIVERSAL | 04/03/2012 | 15:32

César Armando Librado Legorreta, alias “El Coqueto”, no sólo asesinó a siete de sus ocho víctimas, conocidas hasta el momento, sino también a familiares. “A mí me mató en vida”, dice Amparo "N", madre de Eva Cecilia. 

La mujer supo, antes que las autoridades, de la existencia de un asesino serial que atacaba en microbuses, pero nadie le hizo caso. Ahora exige justicia. 

Su hija desapareció el 26 de noviembre de 2011. Esa noche abordó un microbús de la Ruta 27 en la vía López Portillo, en Tultitlán. Durante tres meses recorrió centímetro a centímetro la ruta del microbús. 

Sus investigaciones le permitieron conocer que, de octubre de 2011 a febrero de 2012, mataron a cinco menores en la zona. “Es el mismo asesino y transporte público”, concluyó. Nadie le hizo caso. 

No es el único 

La investigadora Patricia Valladares de la Cruz asegura que el caso de “El Coqueto” es más que un asunto de nota roja. 

Asegura que es el colmo de la impunidad y es una llamada de atención de lo que ocurre todos los días en esta ciudad y una realidad que muchos no quieren ver. 

La coordinadora del programa de investigación sobre violencia de género de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FES-I), de la UNAM, dice que “El Coqueto” no es un loco o sicópata. Sabe lo que hace. 

Afirma: “No podemos seguir pensando que éste es un asunto de nota roja y de sicópatas, y que todo se arregla metiendo al sicópata a un hospital siquiátrico. Es un problema social y como tal tenemos que abordarlo”. 

La especialista sabe que 70% de las violaciones son cometidas por personas cercanas a la víctima, sobre todo familiares. El restante 30% lo perpetran desconocidos, y de éstos un número importante son choferes del transporte público, ya sea de autobuses, microbuses, combis o taxis. Decenas de mujeres que solicitaron ayuda en la FES-I fueron víctimas de violencia sexual a bordo del transporte público. En muy pocas ocasiones se castigó al agresor. 

Las mujeres abordan el transporte. El agresor observa, selecciona y espera el momento para atacar. 

Valladares define la violación como la manifestación más extrema del poder. Asegura que no existe un perfil del violador. “Lo vi (a `El Coqueto´), lo estuve viendo detenidamente, loco no está. En realidad es un problema, porque el tipo es agresivo, violento, abusivo y asesino, pero no quiere decir que está loco de siquiátrico, está como enfermo social”, asegura la sicóloga. 

Las violaciones, explica, se cometen por muchos motivos. El más común es manifestar poder de género. La gente viola porque puede y porque tiene impunidad. 

Disminuir desigualdad 

La doctora en sicología, Gabriela Alejandra González Ruiz, directora de Prevención y Bienestar Familiar del DIF del municipio de Tlalnepantla, considera a “El Coqueto” como una persona violenta, con una distorsión de la realidad, que puede tener un gran rencor y odio hacia las mujeres. 

Expresa que es necesario determinar qué hacer para evitar que este tipo de cosas pasen. Se requiere más trabajo para disminuir la desigualdad de género y lograr una verdadera seguridad pública.