La fecha recuerda el valor de la vida, la protección de la niñez y el papel fundamental de la familia como núcleo de la sociedad
San Luis Potosí, SLP.- En un ambiente de recogimiento, oración y profunda reflexión, la Iglesia Católica celebró este domingo la Misa Dominical en honor a la Fiesta de la Sagrada Familia, coincidiendo con la conmemoración del Día de los Santos Inocentes, una fecha que recuerda el valor de la vida, la protección de la niñez y el papel fundamental de la familia como núcleo de la sociedad.
La celebración eucarística fue encabezada por el arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien invitó a los fieles a elevar una oración especial por las familias, pidiendo que en cada hogar se viva la unidad, el amor y la fe, siguiendo el ejemplo de Jesús, María y José.
La Fiesta de la Sagrada Familia fue instituida por la Iglesia para celebrarse dentro del tiempo de Navidad, con el propósito de recordar que el hogar de Nazaret es modelo de vida cristiana.
En su mensaje, se destacó que José, María y el Niño Jesús enfrentaron desde el inicio persecuciones, carencias y peligros, como el exilio a Egipto, pero lograron salir adelante gracias a la presencia de Dios en medio de ellos.
Esta festividad invita a las familias actuales a fortalecer los lazos de amor, solidaridad y compromiso, especialmente en tiempos de dificultad.
Además de la celebración familiar, este 28 de diciembre la Iglesia recuerda a los Santos Inocentes, los niños menores de dos años que, según el Evangelio, fueron asesinados por orden del rey Herodes al enterarse del nacimiento de Jesús en Belén.
Este acontecimiento, lejos de ser una fecha festiva, tiene un origen profundamente serio y conmemorativo, pues reconoce a estos pequeños como mártires por Cristo, quienes entregaron su vida sin saberlo y fueron acogidos por la Iglesia como santos por su testimonio inocente.
El mensaje central de esta conmemoración es defender la vida, proteger a los más pequeños y denunciar toda forma de violencia, abuso o injusticia que atente contra la niñez.
En el marco de esta celebración, también se recordó que concluye el Año Jubilar en todas las diócesis de México, un tiempo especial de gracia, misericordia y renovación espiritual. La Iglesia dio gracias por los frutos de conversión, reconciliación y esperanza, confiando en que continúen creciendo en las comunidades y en cada corazón.
La celebración de este domingo dejó un mensaje claro, familia y vida van de la mano. La Iglesia llamó a no perder de vista el compromiso de cuidar a los más vulnerables, fortalecer los hogares y construir una sociedad más humana desde el amor, la fe y la solidaridad.