La creadora de contenido Chingu Amiga llamó la atención tras compartir un experimento gastronómico realizado en Corea del Sur, su país natal. Acompañada de un chef mexicano, la influencer organizó una venta de comida en la que presentó platillos tradicionales de México preparados, según explicó, con recetas e ingredientes más cercanos a los originales.
La iniciativa tuvo una respuesta inmediata del público, al agotar el menú en pocas horas, según lo retomado por Infobae, pero también generó debate en redes sociales sobre representación cultural, prácticas comerciales y difusión de la gastronomía mexicana. La noticia fue difundida por la propia creadora a través de sus canales oficiales en YouTube y redes sociales.
De acuerdo con lo expuesto por la influencer, el proyecto surgió a partir de su percepción de que gran parte de los tacos que se consumen en Corea del Sur están adaptados a versiones “americanizadas” y no reflejan el sabor que se encuentra en México. Bajo esa premisa, decidió colaborar con un chef mexicano para ofrecer platillos que, según explicó, respetaran técnicas y presentaciones más cercanas a las tradicionales.
El objetivo, señaló, era que el público coreano pudiera conocer otras formas de la cocina mexicana, más allá de las adaptaciones habituales.
El menú que se ofreció de manera temporal estuvo integrado por preparaciones que no suelen encontrarse con facilidad en Corea del Sur. Entre ellas se incluyeron:
• Tacos de chorizo preparados con una sola tortilla, a diferencia de las versiones locales que suelen usar dos.
• Chilaquiles y tlayudas.
• Ingredientes poco comunes para el paladar coreano, como chapulines.
• Salsas con niveles de picante más altos de lo acostumbrado en la oferta local.
La propuesta buscó mostrar variedad tanto en sabores como en formas de consumo.
La respuesta de los asistentes fue descrita como de sorpresa y curiosidad. Algunos comensales compararon ciertos sabores con notas florales, como el hibisco, mientras que otros destacaron que la experiencia era distinta a lo que esperaban al probar comida mexicana.
El interés fue tal que el menú se agotó por completo en menos de tres horas, hecho que la creadora documentó en sus plataformas digitales.