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Las joyas robadas del Museo del Louvre

Las autoridades francesas investigan el robo de nueve piezas de joyería histórica ocurrido en el Museo del Louvre, en París

Las autoridades francesas investigan el robo de nueve piezas de joyería histórica ocurrido en el Museo del Louvre, en París. Entre lo que se llevaron los ladrones están dos diademas, una de la reina María Amelia y la otra de la reina Hortensia; un collar del conjunto de zafiro de las mismas reinas; un pendiente de ese mismo conjunto; un collar de esmeraldas de la reina María Luisa; un par de pendientes de esmeralda de María Luisa; un broche; una diadema de la emperatriz Eugenia; y un broche de la misma emperatriz.
 
Las piezas estaban en dos vitrinas de la Galería de Apolo del museo parisino, una conocida como la de los diamantes y otra que contenía joyas del Segundo Imperio y en esta última estaba la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, la esposa española del emperador Napoleón III, que, de las nueve piezas sustraídas por el comando de cuatro ladrones, esta corona fue la única que se les cayó, y que las autoridades recuperaron, aunque dañada.
 
Se trata la primera galería real de Francia y fue un laboratorio de experimentación estética y arquitectónica que, veinte años después, sirvió de modelo para un icono del clasicismo francés: la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles.
 
Además de exhibir las joyas de la corona francesa, la colección real llamada espinela «Côte de Bretagne», que perteneció a Ana de Bretaña, es la gema más antigua que ha sobrevivido a una historia de robos, extravíos y ventas. Entre las piezas más ricas están tres diamantes históricos —el Regent, el Sancy y el Hortensia— que adornaban coronas o vestimentas reales.
 
Los conjuntos de joyas del siglo XIX de la colección incluyen piezas de esmeraldas y diamantes que pertenecieron a la emperatriz María Luisa, entre ellos el collar de esmeraldas y un par de pendientes de esmeralda de la reina María Luisa, que sí fueron hurtados está mañana.
 
El 15 de enero de 2020, la Galerie d'Apollon, reabrió sus puertas tras casi un año de estar cerrada para obras de restauración iniciadas en marzo de 2019. El proyecto implicó mejoras tanto en la propia sala como en la presentación de las obras que alberga.
 
Allí es cuando quedaron instaladas las tres nuevas vitrinas para las Joyas de la Corona Francesa, que ahora se mostraban juntas, ofreciendo una visión completa de su historia.
 
Según el propio comunicado del Museo del Louvre, cuando en 2020 hizo la reapertura de la Galería, las Joyas de la Corona Francesa fue reunida por primera vez por Francisco I en 1532. Posteriormente, pasó de monarca en monarca, con cada sucesor que la sucedía, y sobrevivió a las vicisitudes de la historia hasta 1887, cuando el Estado francés decidió, lamentablemente, venderla casi en su totalidad.
 
Desde su llegada al Louvre, las joyas y piedras preciosas restantes se presentaron en la Galerie d'Apollon. Sin embargo, dado que la colección del museo había seguido creciendo desde la década de 1990, el Departamento de Artes Decorativas no tuvo más remedio que dividir su exposición entre la galería y la sala 550, en el nivel 1 del ala Richelieu.
 
La Galería de Apolo también contiene la colección de vasos de piedra dura de Luis XIV, que se conforma de piezas talladas en minerales preciosos como ágata, amatista, lapislázuli, jade y cristal de roca.
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