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Termina en Bolivia prueba socialista

Los candidatos presentan propuestas económicas similares para contener el gasto público, aunque difieren en los mecanismos compensatorios

Después de casi 20 años de Gobiernos de izquierda, Bolivia dio un giro político en las elecciones del 17 de agosto en las que el senador centrista Rodrigo Paz y el ex Mandatario conservador Jorge "Tuto" Quiroga fueron los dos candidatos más votados.

Pero como ninguno logró los votos requeridos para obtener la Presidencia, hoy se medirán en una inédita segunda vuelta en el país sudamericano.

Las últimas encuestas muestran a Quiroga, quien gobernó entre 2001 y 2002, con una ventaja de casi ocho puntos. Pero Paz lo superó en agosto con la promesa de implementar un "capitalismo para todos".

Sin importar quién gane, la euforia de los votantes e inversionistas ante la posibilidad de un cambio dará paso a la difícil realidad económica que enfrentan actualmente.

El foco de los electores está puesto en las propuestas de ambos aspirantes para salir de la crisis, caracterizada por la escasez de combustible, el incremento del precio de los alimentos y la falta de empleo.

Según diversos sondeos, para 80 por ciento de los bolivianos la principal preocupación es la economía.

Los candidatos presentan propuestas económicas similares para contener el gasto público, aunque difieren en los mecanismos compensatorios.

Quiroga promete "cambiar todo" con la ayuda de organismos internacionales para cerrar el déficit de las cuentas fiscales, recortar el gasto del Estado sin afectar los programas sociales, así como convocar a un referendo para cambiar la Constitución y permitir la inversión extranjera.

Por su parte, Paz sugiere establecer bonos compensatorios para estudiantes y ancianos, así como impulsar una distribución equitativa de los ingresos entre el Gobierno central y las provincias.

Ambos coinciden en eliminar los subsidios a los combustibles, así como permitir que la moneda nacional -el boliviano- se debilite, medidas impopulares que podrían provocar agitación social.

Si bien el partido gobernante MAS ha quedado casi borrado del mapa político, seguirá activo en las calles con Morales o con nuevos líderes que tratarán de potenciar a la izquierda boliviana.

Enfrentar las crecientes obligaciones de deuda externa será otra prueba temprana. La Paz debe pagar en marzo 333 millones de dólares por un eurobono al 2028. También está comprometido con más de 400 millones de dólares en pagos durante los dos años siguientes, y otros 677 millones en 2028.

También será necesario restaurar el crecimiento económico, tras una contracción de 2.4 por ciento en la primera mitad del año.

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