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SLP apenas cuenta con 13 geriatras para más de 360 mil adultos mayores

La población potosina envejece aceleradamente, los especialistas son escasos y su número está lejos de cubrir las necesidades de los habitantes

San Luis Potosí, SLP.- San Luis Potosí atraviesa un cambio demográfico silencioso pero contundente, el envejecimiento de su población. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2025 residen en el estado 361 mil 599 personas mayores de 60 años, lo que representa el 12.8% de los habitantes. Las proyecciones oficiales advierten que esta cifra llegará a 395 mil al cierre del año y, hacia 2070, superará el millón de adultos mayores, es decir, casi tres veces más que en la actualidad.
 
Este fenómeno demográfico plantea enormes retos en materia de salud, infraestructura y políticas públicas. Sin embargo, el panorama es aún más preocupante al observar la capacidad médica del estado para atender a este sector, San Luis Potosí apenas cuenta con 13 geriatras certificados por el Consejo Mexicano de Geriatría.
 
El geriatra es el especialista médico encargado de la atención integral de las personas mayores. A diferencia de otros doctores, el geriatra no solo trata enfermedades específicas, sino que aborda los múltiples padecimientos que suelen coexistir en esta etapa de la vida, hipertensión, diabetes, demencia, deterioro cognitivo, depresión, obesidad, problemas de movilidad, enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Su objetivo no es únicamente prolongar la vida, sino garantizar calidad, autonomía y dignidad en el envejecimiento.
 
En San Luis Potosí, donde tres de cada diez adultos mayores viven en pobreza y las denuncias por maltrato y abandono van en aumento, el papel del geriatra se vuelve aún más crítico. No obstante, la realidad es que estos especialistas son escasos, y su número está lejos de cubrir las necesidades de la población.
 
Si hoy existen 361 mil adultos mayores y únicamente 13 geriatras certificados, la relación es alarmante, un geriatra por cada 27 mil 800 adultos mayores. Para dimensionar, la Organización Mundial de la Salud recomienda un promedio mucho menor para garantizar atención adecuada y oportuna.
 
Si la población de más de 60 años sigue creciendo como está proyectado, en 2035 habrá 540 mil adultos mayores en San Luis Potosí. Si el número de geriatras no aumenta significativamente, cada especialista tendría que atender, en promedio, a más de 41 mil personas.
 
En apenas 20 años, la edad promedio de la población potosina pasó de 21 años en el 2000 a 29 en 2020, reflejando un rápido envejecimiento. Actualmente, la esperanza de vida en el estado es de 75.5 años (ligeramente por debajo del promedio nacional de 75.7), aunque con fuertes diferencias entre géneros, 78.8 años para las mujeres y 72.4 para los hombres.
 
Comparado con entidades vecinas, San Luis Potosí se encuentra rezagado,  Aguascalientes (77 años) y Querétaro (76.4) superan su expectativa de vida. Esto significa que el estado no solo envejece rápido, sino que lo hace en condiciones menos favorables.
 
Cuatro de cada 10 adultos mayores viven en pobreza, según datos de la Secretaría de Bienestar.
 
Solo 23% de las mujeres y 40% de los hombres mayores de 65 años reciben una pensión contributiva.
 
En el estado existen únicamente 14 asilos registrados por el Inapam, muchos de ellos con denuncias por maltrato y sin una regulación efectiva por parte de la autoridad sanitaria.
 
Esto deja a miles de personas mayores en situación de vulnerabilidad, dependiendo de apoyos familiares limitados, programas sociales insuficientes o en condiciones de abandono.
 
San Luis Potosí envejece, y lo hace a pasos agigantados. Sin embargo, la infraestructura médica y social para atender a las personas mayores no crece al mismo ritmo. La falta de geriatras es un ejemplo brutal de esta brecha,  mientras la población adulta mayor aumenta año con año, la formación y contratación de especialistas sigue siendo mínima.
 
El riesgo es evidente, sin médicos capacitados para atender los complejos problemas de salud del envejecimiento, los adultos mayores serán canalizados a medicina familiar o general, donde difícilmente recibirán la atención especializada que requieren. Esto implica más complicaciones médicas, menor calidad de vida y mayor presión sobre las familias y el sistema de salud.
 
El envejecimiento poblacional debería ser visto no solo como un desafío, sino como una oportunidad para generar políticas públicas que reconozcan el valor y las necesidades de este sector. Pero mientras los números avancen y la preparación no llegue, San Luis Potosí corre el riesgo de envejecer sin especialistas que cuiden de sus viejos.
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