San Luis Potosí, SLP.- Una nueva enfermedad respiratoria comienza a llamar la atención de especialistas en salud infantil, el síndrome coqueluchoide, un cuadro clínico con síntomas muy similares a la tosferina, pero que no es provocado por Bordetella pertussis —la bacteria causante de la tosferina clásica—, sino por otros virus y bacterias, entre ellos influenza, adenovirus, coronavirus y mycoplasma.
Médicos advierten que este síndrome se presenta cada vez con mayor frecuencia en niños y lactantes, lo que ha despertado preocupación porque podría estar relacionado con las secuelas del COVID-19, especialmente en infantes que tuvieron contacto con el virus SARS-CoV-2.
El cuadro clínico del síndrome coqueluchoide es intenso y se divide en etapas:
Etapa catarral: tos seca y persistente, estornudos, lagrimeo y secreción nasal, con posible fiebre baja.
Etapa paroxística: ataques severos de tos continua que terminan en una inspiración profunda con estridor (un silbido característico). Pueden presentarse vómitos con expulsión de moco espeso y, en lactantes, episodios de apnea (pausas respiratorias) y coloración azulada en labios y piel.
Etapa de convalecencia: los síntomas disminuyen gradualmente, pero pueden prolongarse durante semanas.
El diagnóstico representa un reto para los médicos, ya que los síntomas son casi indistinguibles de los de la tosferina. Se utilizan pruebas clínicas, estudios PCR y cultivos nasofaríngeos, aunque los resultados no siempre son concluyentes, ya que puede tratarse de un virus diferente.
Si es bacteriana, se usan antibióticos macrólidos para aliviar síntomas y reducir la transmisión.
Si es viral, se aplican medidas de soporte como hidratación adecuada y control de síntomas.
La prevención más importante sigue siendo la vacunación, ya que refuerza el sistema inmunológico contra virus respiratorios que pueden detonar este síndrome.
Pediatras insisten en que el síndrome coqueluchoide podría ser una de las enfermedades respiratorias que están emergiendo tras la pandemia de COVID-19, lo que hace urgente reforzar la vigilancia epidemiológica y alertar a padres de familia sobre sus señales de alarma.
El llamado es claro, ante una tos intensa y persistente en los niños, es indispensable acudir al médico, ya que podría tratarse de este nuevo síndrome respiratorio que hoy prende las alertas en el ámbito pediátrico.