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Usan a perros callejeros para lucrar, reconocen activistas

Al amparo del activismo animalista, algunos grupos estarían beneficiándose económicamente con el rescate de mascotas

San Luis Potosí, SLP.- Aunque el activismo en defensa de los animales ha ganado fuerza en San Luis Potosí en los últimos años, voces dentro del mismo movimiento advierten sobre una preocupante distorsión,  -el uso de perros callejeros como medio para obtener beneficios personales y económicos.-
 
María Cuvarrubias, reconocida animalista y figura clave en la lucha por el bienestar animal en el estado, admitió que existen personas que se han apropiado del discurso de protección animal sin un compromiso real, y que incluso estarían aprovechando esta causa para intereses ajenos al verdadero rescate.
 
“Sí, hay quienes se suben a esta ola por moda o conveniencia. El activismo no debería ser usado como fachada para obtener recursos o visibilidad. Lamentablemente, esto ocurre también en el ámbito de la protección animal”, señaló Cuvarrubias durante una reciente entrevista.
 
Cuvarrubias hizo un llamado a no generalizar ni descalificar la labor de quienes trabajan legítimamente en el rescate y rehabilitación de animales en situación de calle. No obstante, subrayó la importancia de que la sociedad esté atenta a detectar prácticas dudosas y exigir transparencia en las acciones de agrupaciones y refugios.
 
“La clave está en la educación, en generar conciencia real sobre lo que significa el bienestar animal. No basta con alimentar a un perro o subir su foto a redes. Se requiere formación, compromiso y una visión integral que involucre a todos,  entrenadores, veterinarios, autoridades y sociedad civil”, explicó.
 
Este fenómeno no es exclusivo de San Luis Potosí. En varias ciudades del país han surgido denuncias sobre supuestas asociaciones protectoras de animales que reciben donaciones o apoyos públicos sin rendir cuentas, mientras los animales permanecen en condiciones precarias.
 
Cuvarrubias concluyó que el verdadero cambio vendrá del trabajo colectivo y de una ciudadanía más crítica y empática, que no sólo se conmueva ante la imagen de un perro rescatado, sino que exija resultados y acciones reales. “Mientras haya quien utilice el dolor animal como negocio, la lucha por su bienestar seguirá siendo una batalla cuesta arriba”.
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