Dirigida, escrita y protagonizada por Charles Chaplin, La Quimera del Oro, regresará a cartelera cien años después de su estreno original, en una versión restaurada y remasterizada en 4K.
La película será proyectada a partir del 24 de julio en salas de arte Cinépolis, como parte del ciclo de clásicos del programa +QUE CINE.
El origen del filme se remonta al otoño de 1923, cuando Chaplin encontró inspiración en una imagen estereoscópica del paso de Chilkoot, en la frontera entre Canadá y Alaska. La fotografía mostraba una fila interminable de hombres cargando sus pertenencias camino a los yacimientos de Klondike durante la fiebre del oro. Esa escena fue el punto de partida para una de las obras más emblemáticas del cine mudo.
La producción comenzó en Sierra Nevada con la participación de centenares de personas reclutadas en las calles de Sacramento, pero las dificultades técnicas y climáticas llevaron a Chaplin a continuar la filmación en estudios de California. Para simular la nieve se utilizaron materiales como sal y harina, y los decorados fueron tan elaborados que, según recordó su nieto Spencer Chaplin, llegaron a convertirse en una atracción turística.
Varias de sus secuencias han pasado a la historia del cine, como la escena en la que el personaje principal cocina y come un zapato, inspirada en la Expedición Donner. Para lograr el efecto, Chaplin utilizó zapatos de regaliz, lo que le provocó malestar estomacal tras múltiples repeticiones. Otra escena reconocida es la llamada "danza de los panecillos", inspirada en un número de Roscoe "Fatty" Arbuckle, compañero de Chaplin en la época de los estudios Keystone.
Ante la llegada del cine sonoro, Chaplin decidió remontar la película y presentó una nueva versión en 1942 con narración en off y música compuesta por él mismo. Esta reedición fue la que posteriormente recibió nominaciones técnicas en los Premios Oscar.
La restauración que ahora llegará a cines fue presentada en el Festival de Cannes, con la presencia de los nietos del cineasta. El proceso fue coordinado por la Fondazione Cineteca di Bologna y el laboratorio L'Immagine Ritrovata, a partir de materiales procedentes de archivos como el BFI de Londres, el MoMA de Nueva York, el Bundesarchiv de Berlín, la Filmoteca de Catalunya y el George Eastman Museum. La partitura original fue regrabada por el músico Timothy Brock.