Se mantuvo sin cambios respecto a lo registrado en 2021 y 2018
El índice de alfabetización financiera en México se ubicó en 58 puntos al cierre de 2024, por lo que se mantuvo sin cambios respecto a lo registrado en 2021 y 2018, muestran datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Este índice se integra por tres componentes: el primero de ellos son los conocimientos, es decir, recaba las nociones de los conceptos de inflación, riesgo-retorno, diversificación e interés, así como la capacidad para realizar el cálculo de interés simple y compuesto en la población de 70 años y menos.
El segundo son los comportamientos captura las preferencias por planificar gastos, establecer metas de largo plazo y comparar productos, así como otros comportamientos relacionados que se consideran positivos financieramente.
El tercer componente del índice son las actitudes financieras, es decir, capta la predilección de gastar, ahorrar y las preferencias relacionadas con el tiempo.
Aunque a finales de 2024 el índice de alfabetización financiera observó un ligero avance en el subíndice de comportamientos, hubo retrocesos en los subíndices de conocimientos y actitudes.
El rubro de actitudes financieras disminuyó desde una posición de 65 unidades en 2018 a 58 puntos para 2024, mientras que el subíndice relacionado con los conocimientos retrocedió de 66 puntos en 2018 a 65 para 2024.
La CNBV destaca que aunque el puntaje del índice se incrementa con el nivel educativo, no se observaron cambios relevantes entre 2021 y 2024; existe una brecha de 19 puntos entre quienes tienen educación superior y aquellos que cuentan únicamente con educación primaria.
Enrique Díaz-Infante, director de Sistema Financiero en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), explicó que en México la baja alfabetización financiera puede tener consecuencias graves en sobreendeudamiento, falta de ahorro, ser víctimas de fraudes y estrés financiero, con impactos negativos en la salud mental y física de las personas.
También puede limitar las oportunidades de crecimiento personal y económico, y dificultar la planificación a largo plazo.
"El sobreendeudamiento provoca dificultades para administrar las deudas y cumplir con las obligaciones de pago, con las consecuencias legales que esto puede tener: el acoso extrajudicial, demandas, limitar oportunidades de inversión y la dificultad para generar ahorro.
"Esta incapacidad para ahorrar limita la posibilidad de generar fondos de contingencia y afecta el bienestar socioeconómico en la vejez al no ahorrar para el retiro", indicó Díaz-Infante en una consulta sobre el tema.
A su vez, la falta de comprensión de los productos y servicios financieros, así como de los riesgos de ahorrar y endeudarse fuera el sistema financiero genera estrés financiero y esto afecta la salud física y mental de las personas.
"La baja alfabetización de las personas limita su posibilidad de interactuar con el sistema financiero. Esto afecta su posibilidad, entre otras cosas, de realizar pagos y transferencias seguras y los hace vulnerable de fraudes a las personas.
"La baja alfabetización financiera también dificulta la capacidad de las personas para planificar para el largo plazo, hace que la gente no visualice la importancia de ahorrar para la educación de los hijos, para hacerse de una vivienda o retirarse dignamente, sin ser una carga familiar", abundó el experto.