Doria Medina es favorito en las encuestas y promete cambiar el modelo económico que promovió durante 20 años el Movimiento Al Socialismo
A un mes de los comicios presidenciales en Bolivia, el acaudalado empresario de centroderecha Samuel Doria Medina es favorito en las encuestas y promete cambiar el modelo económico que promovió durante 20 años el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS).
Doria Medina, de 66 años, es uno de los hombres más ricos del país sudamericano. Se define como socialdemócrata y lidera las preferencias para las elecciones del 17 de agosto con 18.7%, según el sondeo más reciente de la consultora Ipsos-Ciesmori.
"Se va a iniciar una nueva etapa en la que lo más importante va a ser recobrar la estabilidad económica y, después, poder hacer una serie de cambios profundos para salir del estatismo y tener una economía capitalista, de mercado, abierta al mundo", afirmó el candidato de la coalición Alianza Unidad.
La principal preocupación de los bolivianos es la crisis económica, causada por la escasez de dólares y el excesivo gasto público.
Las protestas sociales ven al Presidente Luis Arce, quien fue Ministro de Economía del ex Mandatario Evo Morales, como el principal responsable.
Bolivia casi ha agotado sus reservas de divisas para sostener una política de subsidios a los combustibles, que importa a precio internacional y vende a pérdida en el mercado interno.
Los hidrocarburos en esa nación cuestan un tercio menos que en los países vecinos, lo que también ha disparado el contrabando de gasolinas a Perú, Brasil y Argentina.
Aunque el Gobierno asegura que no elimina la subvención para evitar un repunte inflacionario, Doria Medina señaló que lo haría para ahorrar dólares en los primeros 100 días de su eventual gestión, y dijo que no teme un shock económico.
"Estamos siendo testigos del fin de una etapa que ha durado 20 años. Se ha avanzado en materia de inclusión, pero lastimosamente han aplicado un modelo equivocado", concluyó.
A Doria Medina le pisa los talones el ex Presidente de derecha Jorge Quiroga (18.1 por ciento), en la intención de voto.
Un bloque de candidatos de izquierda, vinculado al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), paga la factura política de un modelo económico que para el empresario está agotado.
Repunta inflación
Luego de una década de tener la inflación más baja de Sudamérica, Bolivia es hoy uno de los tres países con más alza de precios de la región, detrás de Venezuela y Argentina. En junio, se disparó a 23.9 por ciento interanual, su valor más alto desde 2008.
"En Latinoamérica, el promedio de inflación mensual en junio fue del 0.67 por ciento, donde gran parte de sus economías presentaron un nivel bajo de inflación, menor al 1 por ciento. Por el contrario, Bolivia entró en una espiral inflacionaria aguda", explicó a medios locales Luis Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija.
El experto recordó que, a la mitad de 2025, ya se superó en más del doble la meta gubernamental de inflación (7.5 por ciento) y advirtió que, si la coyuntura económica y política no mejora, el país sudamericano podría cerrar el año con un alza de al menos 30 por ciento.
El incremento de precios es la principal causa por la que, según encuestas citadas por El País, 87 por ciento de la población quiere "ir en una dirección muy distinta a la que nos lleva el Gobierno de Luis Arce".
En 2022 la producción de gas, en la que Bolivia había basado sus exportaciones, se redujo a la mitad y la nación se convirtió en importadora de combustibles. Esto provocó el agotamiento de sus reservas de divisas hasta llegar prácticamente a cero en febrero de 2023.
Y el año pasado, su emisión monetaria creció 20 por ciento, lo que generó una espiral inflacionaria que derivó en una devaluación de 80 por ciento del boliviano (moneda).
Según un análisis del Centro de Estudios Populi de Bolivia, entre agosto de 2024 y marzo de 2025, los precios de productos esenciales -como arroz o café- han aumentado hasta 79 por ciento, lo que afecta de manera significativa a los hogares de ingresos bajos y medios.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que el país requiere "medidas urgentes" para corregir los tipos de cambio y aplicar una consolidación fiscal sostenida.
Sin embargo, el Gobierno de Arce cuestionó la opinión del FMI y defendió su política económica.