El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) advierte de que limitar las estancias turísticas en once ciudades europeas clave a la media continental, para atajar el problema de la masificación, supondría una pérdida de 208.000 millones de euros (245.000 millones de dólares) de PIB en los próximos tres años.
Asimismo, se perderían 104.000 millones de euros (122.000 millones de dólares) en impuestos (sin incluir los específicos del turismo) y casi tres millones de empleos, según un nuevo informe del WTTC: 'Gestión de la masificación en los destinos: una llamada a la acción'.
Son cálculos que corresponden al primero de los dos escenarios que contempla el documento, en el que se limita la demanda tanto internacional como nacional.
En la segunda hipótesis, donde se reduce únicamente la extranjera, las pérdidas serían de 186.000 millones de dólares de producto interior bruto (PIB), 91.000 millones de ingresos fiscales totales y casi 2,3 millones en empleos entre 2025 y 2027.
La investigación se centra en las ciudades europeas de Venecia, Roma, Dubrovnik, París, Barcelona, Ámsterdam, Lisboa, Praga, Dublín, Múnich y Viena, donde las noches de turismo per cápita (uno de los indicadores potenciales de masificación) superan la media continental.
Pero reconoce que el problema se extiende más allá de estos lugares y afecta tanto a entornos urbanos como no urbanos.
Ante el riesgo que suponen las medidas restrictivas, el WTTC aboga por una gestión del turismo en los destinos mundiales más populares que sea más equilibrada y basada en la evidencia, e insta a gobiernos, responsables locales y empresas a que trabajen juntos, "pensando en el largo plazo y en el bienestar local".
"Este no es un debate sobre si debemos frenar el turismo, sino sobre cómo hacerlo funcionar para todos: residentes y visitantes", dada su importancia estratégica y su potencial para alcanzar los objetivos económicos, sociales y ambientales de los destinos, dijo a EFE la presidenta y consejera delegada del WTTC, Julia Simpson.
En este sentido, recordó que el turismo representa casi el 10 % del PIB mundial (un 15,6 % de la economía española) y uno de cada diez empleos. En el próximo decenio, generará uno de cada tres nuevos puestos de trabajo.
"La causa no es solo el turismo"
La gente tiende a reaccionar ante la masificación cuando siente que degrada el centro de las ciudades y socava su calidad de vida, en particular su acceso a las necesidades básicas, pero estas presiones sociales "rara vez son causadas únicamente por el turismo", aseguró.
En muchos casos, surgen de problemas de larga tiempo como la falta crónica de inversión en vivienda asequible, servicios públicos e infraestructura de transporte, así como por una mala planificación urbana y decisiones fragmentadas.
A fin de desincentivar el flujo excesivo de visitantes o generar ingresos que puedan reinvertirse en el mantenimiento de infraestructuras y servicios, así como en la conservación, varios destinos de países como Estados Unidos, Canadá, México, Noruega, Italia, Francia, España, Japón, Tailandia o Islandia han introducido impuestos específicos para el turismo.
Sin embargo, el sector ya financia servicios públicos esenciales con impuestos a las empresas, al trabajo y al consumo, pagando 3,3 billones de dólares en contribuciones fiscales, el 9,6 % de la recaudación global. Sobrecargarlo con nuevos costes, "no acelerará las soluciones, sino que las retrasará", aventura Simpson.
El informe propone seis pasos concretos para que los destinos mejoren la gestión del turismo: organización efectiva; tener un plan; basarse en datos, mantenerse alerta, monitorizando las condiciones y actuando antes de que sea tarde; inversiones inteligentes y dar voz a los residentes.