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Una pintura inédita de Lola Anglada aparece clavada debajo de otra obra de la artista

El actor Arturo Querejeta, que esta semana llega al Festival Teatro de Mérida para dar vida a Teógenes, el líder de los numantinos que hicieron frente al asedio romano, considera que el teatro nunca podrá ser «ahogado por la cultura digital», pues «no hay manera de suplantar» al «vivo y en directo» que lo caracteriza.
 
«Mientras haya una persona que quiera escuchar una historia y alguien dispuesto a contársela, ahí habrá teatro, sin importar el lugar físico donde sea narrada», ha afirmado Querejeta (Logroño, 1956) en una entrevista concedida a EFE.
 
Aunque se muestra convencido de ello, el actor ha incidido en que es consciente de que la cultura ya «no vende» de forma inmediata en el escaparate informativo al estar opacada por la política o «los bulos». «El conflicto vende, los bulos venden», como las situaciones extremas y los muros, ha insistido.
 
A su juicio, la cultura toma importancia a largo plazo; se educa a los niños, que llegarán a la juventud y luego a su edad más adulta para transmitirla, pero eso tiene un tiempo y «lo que estamos creando ahora se verá dentro de unos años».
 
«Numancia»: la importancia de las victorias morales
 
‘Numancia’, obra de Miguel de Cervantes que ha adaptado y dirige José Luis Alonso de Santos, narra con perspectiva histórica, pero también actual, la importancia de las victorias morales.
 
Querejeta entiende que existe una similitud entre la historia del cerco de Numancia y las realidades que actualmente se dan en algunos lugares del mundo.
 
La obra cuenta el asedio de un pueblo víctima del hambre a manos del general romano Escipión, un hecho que puede resonar con los conflictos bélicos que parecen lejanos, pero que «no están tan lejos, están a la vuelta de la esquina», como Gaza.
 
Seguimos en manos de los «señores de la guerra»
 
Al hilo de esto, Querejeta se plantea por qué después de siglos y siglos la sociedad sigue sufriendo bajo la imposición y la tiranía de los señores de la guerra, pues han pasado más de 400 años desde la ‘Numancia’ de Cervantes y «seguimos en manos de los señores de la guerra y de las mafias».
 
«Esta es la gran pregunta», ha remarcado el actor, quien ha instado a la sociedad a preguntarse «qué es lo que ocurre, qué es lo que pasa y qué es lo que cada uno, individual y colectivamente», debería hacer para poner coto a eso.
 
«¿Qué seríamos capaces de hacer por defender nuestra libertad?», se ha preguntado el actor riojano, quien en respuesta a la misma ha mencionado la estatua de la ‘Dama Calagurritana’, en Calahorra, que en su mano derecha porta un cuchillo y en la otra sostiene un brazo que, según el propio Querejeta, podría ser de su marido, al que se comió tras el asedio a este municipio durante las guerras civiles de Roma en el 71 a.C.
 
Sin embargo, no se muestra muy convencido de que la sociedad sea capaz de hacer estas reflexiones, pues «los seres humanos somos capaces de los comportamiento más solidarios y más generosos, pero también de los comportamientos más crueles y más abyectos».
 
Redes sociales y móviles
 
A la necesidad de hacer colectivo, de aunar y de sumar le ha surgido otra barrera: el individualismo derivado de la inmersión cada vez mayor en las redes sociales y en el uso de los dispositivos móviles.
 
«Somos esclavos del móvil; nuestra vida cada vez está más condicionada por cuatro o cinco segundos de un vídeo», otros tantos para el siguiente y luego otro vídeo más. «Nos estamos encerrando en esa realidad virtual, que pensamos que es la realidad, pero, desde luego, no es así», ha expuesto.
 
«Antes nos mirábamos, ahora estamos perdiendo el arte de comunicar cara a cara y el de conocer», ha dicho Querejeta, que ha animado a las generaciones con más edad a hacerle ver a la juventud que existe otra manera de vivir.
 
A pesar de este último mensaje, el actor lo ve complicado, «muy complicado porque esto evidentemente ha venido para quedarse».
 
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