San Luis Potosí, S.L.P.- Con la llegada de la temporada vacacional, miles de familias mexicanas preparan sus maletas para salir de la ciudad, visitar parajes naturales o simplemente tomar un descanso. Sin embargo, esta época también representa un aumento en los incidentes domésticos, que se elevan hasta en un 15 por ciento, especialmente por fugas de gas, accidentes en presas y ríos.
De acuerdo con el comandante del Cuerpo de Bomberos, Adolfo Benavente, en años anteriores este repunte de accidentes llegaba a alcanzar hasta un 35 por ciento. Sin embargo, en los últimos dos años se ha observado una reducción significativa. ¿La razón? El uso extendido de dispositivos electrónicos entre los niños.
"En tiempos anteriores eran muy intensas las llamadas. Ya hoy cambia, porque los medios de entretenimiento de los niños cambian. Con los aparatos electrónicos, cambia también el tipo de accidentes. Aunque con eso disminuye los incidentes, es lamentable que los niños están perdiendo la visión del entorno", señaló Benavente en entrevista.
El comandante destacó que el entretenimiento digital ha mantenido a los menores más quietos en casa, lo cual ha contribuido a evitar situaciones de riesgo que antes se presentaban con mayor frecuencia, como quemaduras, cortocircuitos o accidentes mientras jugaban al aire libre. No obstante, advirtió que esta nueva realidad también plantea desafíos importantes en términos de desarrollo y percepción del mundo real por parte de los más jóvenes.
Benavente aprovechó para hacer un llamado a las familias que planean salir de vacaciones. Recomendó verificar las instalaciones de gas, cerrar bien los tanques, desconectar todos los aparatos eléctricos y no dejar objetos inflables en el exterior, que podrían ser arrastrados por el viento y generar incidentes.
Asimismo, pidió precaución a quienes visiten ríos o presas. "Sigan las reglas de las autoridades, viajen con tranquilidad, pero sobre todo, sean conscientes de su seguridad. No hay descanso completo si no hay seguridad", concluyó.
Este fenómeno, que combina una baja en accidentes con una creciente dependencia digital, refleja los cambios en los hábitos familiares y plantea una doble reflexión, cómo prevenir sin perder la conexión con la realidad, y cómo educar en seguridad sin desconectarnos de la vida misma.