La Huasteca Potosina no es un destino turístico común. Es una experiencia viva, donde el agua cae de todas partes, la selva huele a verde, los colores brillan más y el alma se calma. Ubicada al oriente de San Luis Potosí, esta región es un tesoro natural ideal para desconectarte y reconectar con la tierra.
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Perfecta para aventureros, fotógrafos, familias o viajeros que aman mojarse y caminar sin prisa.
¿Por qué visitar la Huasteca Potosina?
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Porque tiene al menos 10 lugares que por sí solos ya valdrían el viaje, todos diferentes y espectaculares:
Cascadas de Tamul: 105 metros de altura cayendo sobre un río turquesa. Se llega en lancha, remando entre paredes de piedra.
Puente de Dios: una caverna natural con río cristalino, pozas y formaciones rocosas que parecen sacadas de una película de fantasía.
Micos y Minas Viejas: saltos de cascada, pozas profundas y aguas calmadas donde puedes nadar o lanzarte desde plataformas naturales.
Xilitla y el Jardín Surrealista de Edward James: esculturas de concreto entre la selva y la niebla. Un viaje visual y mental.
Sótano de las Golondrinas: caída vertical de 500 metros, hogar de aves que entran y salen en espiral. Se puede ver al amanecer… y se te enchina la piel.
Comida típica imperdible:
Bocoles: gorditas pequeñas rellenas de guisos, típicas del desayuno huasteco.
Enchiladas huastecas con cecina o tasajo.
Zacahuil: tamal gigante de 1 metro o más, hecho con carne y chile molido en metate.
Tampiqueña y caldo loco: para los de buen diente.
Agua de jobo, café local y licores regionales.
Comer bien en fondas o restaurantes locales te cuesta entre $60 y $120 MXN por persona.
¿Cuánto cuesta viajar a la Huasteca Potosina?
Plano-Tip: muchas agencias locales te ofrecen tours en paquetes que incluyen transporte, comida y equipo para actividades como salto, kayak o rappel.
¿Qué llevar?
Traje de baño, sandalias con agarre y zapatos para agua.
Mochila ligera y toalla compacta.
Repelente de insectos y bloqueador biodegradable.
Efectivo (en muchos lugares no hay cajeros ni señal).
Cámara o celular bien protegido: vas a querer grabar TODO.
¿Cuándo ir?
Marzo a junio: temporada seca, los ríos están más claros y hay menos turistas.
Julio a octubre: llueve más, pero las cascadas están más espectaculares.
Noviembre a febrero: clima templado, ideal para quienes no toleran tanto calor.
La Huasteca: el lado más salvaje y bello de México
No es solo un destino: es un despertar sensorial. Agua fría, calor húmedo, cielos nublados y soles brillantes. Una mezcla de culturas indígenas, naturaleza pura y emoción constante. Cada río es una aventura, cada comida es nueva, cada camino es una historia.
Es el lugar perfecto para sentirte vivo, mojarte, reírte, asombrarte y agradecer.