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Dormir mal puede repercutir en las compras compulsivas

EFE | Freepik | 25/06/2025 | 15:26

“En el contexto de las rebajas, donde las ofertas nos bombardean y la tentación de consumir es alta, dormir poco o mal puede incrementar significativamente el impulso por compras que quizás no necesitamos”, explica María José Aróstegui, psicóloga y miembro del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española de Sueño (SES).
 
La experta señala que la falta de sueño provoca que las personas estén menos capacitadas para evaluar las consecuencias a largo plazo de sus decisiones y sean más propensas “a ceder a la gratificación instantánea”.
 
Las compras nocturnas no nos dejan dormir
El desvelo nocturno provoca que algunas personas recurran al móvil y, ante las rebajas, realicen compras online. La combinación de la noche y del cansancio acumulado del día es “una receta perfecta para comprar más y peor”, apunta María José Aróstegui.
 
“A altas horas de la noche, -añade- nuestra fatiga es máxima y la capacidad de discernimiento está muy mermada. La fatiga cognitiva nos hace menos críticos, más susceptibles a las estrategias de marketing y más propensos a tomar decisiones rápidas y poco meditadas”.
 
“Las plataformas de compra online están diseñadas para facilitar estas compras impulsivas, y la oscuridad de la noche, a menudo acompañada de una menor supervisión o interacción social, puede amplificar este efecto. Compramos más en cantidad y peor en calidad o necesidad”, argumenta la psicóloga.
 
En estado de alerta
Toda la actividad relacionada con las compras online nocturnas nos mantiene la mente activa y en estado de alerta dificultando la relajación necesaria para que llegue el sueño.
 
“Los expertos en sueño recomendamos alejarse de la pantalla del móvil entre una y dos horas antes de ir a la cama”, sostiene María José Aróstegui, que destaca además del impacto de la luz azul de la pantalla.
 
“Si dormimos peor debido a esta actividad nocturna, al día siguiente estaremos más cansados y con menor autocontrol, lo que nos hará más propensos a repetir el comportamiento de compra impulsiva la siguiente noche, especialmente si estamos expuestos a las mismas tentaciones online”, asegura.
 
“De esta manera, se retroalimenta un ciclo negativo donde la falta de sueño lleva a un comportamiento impulsivo, y este comportamiento, a su vez, perjudica aún más la calidad del sueño”, advierte la experta.
 
Así impacta el calor en el sueño
Las rebajas de verano, a diferencia de las de invierno, llegan con otro hándicap para el correcto descanso: el calor que dificulta tanto el inicio como el mantenimiento del sueño.
 
“Nuestro cuerpo necesita descender ligeramente su temperatura interna para conciliar el sueño y mantenerlo. Cuando la temperatura ambiente es elevada, este proceso se dificulta considerablemente, lo que nos lleva a dar vueltas en la cama, sudar y sentirnos incómodos”, explica la especialista.
 
A esa dificultad para conciliar el sueño se unen los despertares frecuentes debidos a las altas temperaturas, lo que reduce la cantidad total de horas de descanso y la calidad del mismo.
 
“Es muy común que, en verano, debido a las altas temperaturas nocturnas, se encadenen varias noches de sueño insuficiente y de mala calidad”, añade la portavoz de la SES.
 
Y las consecuencias son…
En general, las noches de mal sueño –ya sea por dormir pocas horas o por despertarse varias veces– pueden tener también un impacto profundo sobre nuestro comportamiento: disminución en la capacidad de concentración, incremento de la irritabilidad, aumento de los olvidos debido al peor funcionamiento de la memoria…
 
“En general, nos sentimos más lentos, con fatiga constante, y nuestra capacidad para tomar decisiones se deteriora, volviéndonos más indecisos o impulsivos. Uno de los efectos más documentados de la privación de sueño sobre nuestro comportamiento, de hecho, es el incremento de la impulsividad y la falta de autocontrol”, indica la psicóloga.
 
“Cuando estamos cansados, nuestro cerebro, especialmente la corteza prefrontal (responsable de la toma de decisiones, la planificación y el control de impulsos), no funciona de manera óptima”, y el no dormir afecta, entre otras cosas, a las compras compulsivas, concluye María José Aróstegui, del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española de Sueño (SES).