La discriminación que sufren las mujeres en Afganistán, la más aguda del mundo a nivel institucional, ha dejado de ser una prioridad para la política de Estados Unidos con ese país, según dejó claro este lunes la representante estadounidense ante el Consejo de Seguridad, Dorothy Shea.
"Nuestro foco en Afganistán se ha reducido", dijo en una sesión periódica dedicada al país asiático la representante estadounidense citando al presidente, Donald Trump, y al secretario de Estado, Marco Rubio.
Y lo definió de este modo: "Proteger a los ciudadanos estadounidenses, mitigar las amenazas terroristas y garantizar la liberación de todos los estadounidenses allí detenidos son nuestras prioridades".
No citó entre ellas la situación de la mujer, excluida de la escuela secundaria y la universidad, del mercado laboral, de la práctica del deporte exterior y de cualquier salida a la calle si no es acompañada de un 'mahram' o pariente masculino, todo ello por vía legal.
Los demás países que tomaron la palabra ante el Consejo sí citaron en todos los casos la situación de las mujeres afganas, y más tras haber escuchado a la directora de ONU Mujeres, Sima Bahous, quien lamentó que el tema ya haya dejado de ser noticia salvo cuando se implanta una nueva prohibición para las mujeres, prohibiciones que en ningún caso se han revertido.
Por si quedara alguna duda sobre la nueva política de EE.UU., su representante diplomática volvió a citar sus prioridades, de nuevo sin mencionar a las mujeres: "Es nuestro interés mutuo garantizar que Afganistán nunca vuelve a acoger a terroristas, no practica la diplomacia de los rehenes y es un contribuyente neto a la estabilidad regional, en lugar de un detractor".
