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Como un mini tsunami, describen a 'Erick' en Oaxaca

Agencia Reforma | 19/06/2025 | 21:00

Un furioso "mini tsunami" es la descripción que resuena entre los habitantes de la costa oaxaqueña tras el paso del huracán "Erick", un fenómeno que devastó hogares y arrasó con restaurantes.
 
 Ciudadanos de Santa María Tonameca, dedicados a ofrecer viajes en lancha y alimentos, describieron cómo las olas superaron los 7.5 metros en comunidades como San Agustinillo y Mazunte.
 
 La arena, cómplice del agua, se coló en cada rincón, convirtiéndose en un lodo espeso que lo cubrió todo. En San Agustinillo, residentes reportaron que al menos siete negocios fueron completamente "borrados", despojando a familias enteras de su fuente de trabajo.
 
 Las imágenes que emergen de la zona son un testimonio de la destrucción: palmeras arrancadas de raíz, muebles flotando a la deriva, muros colapsados y casas o negocios con sólo un punto de apoyo.
 
 Don Raúl Escamilla, de Ventanilla -otra perla costera entre Huatulco y Puerto Escondido-, en Mazunte, relató cómo la arena invadió su casa, pegajosa y densa como lodo.
 
 "Abarcó la ola hasta acá atrás, pegó acá, todo hasta atrás llegó", describió mientras caminaba entre sus pertenencias y el lodo, arrastrado por el agua que, según dijo, alcanzó la parte trasera de su vivienda.
 
 Los intentos preventivos de vecinos y empleados por levantar barricadas de costales de arena fueron inútiles; el mar los arrastró reblandeciendo la tierra.
 
 En algunos puntos, las casas quedaron de pie, sostenidas precariamente por improvisados puntales.
 
 Mazunte, promocionado como un oasis de tranquilidad, amaneció con un velo de nubes grises y un espíritu sombrío. Aunque "Erick" no la impactó de lleno, sus bandas exteriores y el oleaje descontrolado dejaron cicatrices profundas, especialmente en Playa Rinconcito, uno de sus sitios turísticos.
 
 Las autoridades evalúan la magnitud del desastre, mientras la vigilancia se mantiene ante la amenaza de más olas y lluvias.
 
 En Agua Blanca, en Tonameca, la tristeza se mezcla con el apoyo, resignación y el ímpetu entre vecinos.
 
 "Todo aquí era parte del mar, el mar se metió hasta allá, al restaurante Barracuda, el mar entró hasta adentro", describió Armando Carmona.
 
 Residentes relataron que el océano reclamó sin piedad cada metro de la costa, pero entre todos empezaron a levantar los escombros.
 
 "¡Ánimo compañeros, como buenos costeños nos sabremos recuperar!", señaló un restaurantero.
 
 Las palapas, que antes ofrecían sombra, quedaron reducidas a astillas, mientras muros y bardas se desplomaron bajo la embestida del agua.
 
 Rodolfo López Reyes, agente municipal de San Agustinillo aseguró que las comunidades costeras de Oaxaca, curtidas por la furia de la naturaleza, se preparan para la ardua tarea de reconstrucción.
 
 Afirmó que, como en crisis anteriores, la unión comunitaria será un salvavidas para que estas tierras golpeadas por la naturaleza resurjan de las ruinas. Sin embargo, para facilitar su labor, urgió el apoyo de las autoridades.
 
 "Estos son los daños que nos dejó 'Erick', el huracán que pasó esta noche. Anteriormente el huracán pasaba y hace tres años no nos hizo tanto daño como esta vez, ahorita nos pegó a los restauranteros. Siempre han sido dos comunidades que han sido azotadas normalmente por huracanes, y se ha levantado más que nada por la unión de la comunidad.
 
 "La vez anterior fue la comunidad la que se unió y trabajaron para poder levantarse. También nos ayudó el Gobierno federal con mucho apoyo, la idea es que otra vez nos volteen a ver y que vean que nos perjudicó bastante y que nos apoyen, porque sí va a requerir para poder levantar la playa de Mazunte y San Agustinillo. Esta vez el oleaje fue muy muy alto y por eso fue que destruyó tanto (...) ahorita fue un oleaje muy alto como un mini tsunami, ahorita ya se puede ver la magnitud del destrozo que hizo", lamentó.