En medio de la tormenta que resiente, el senador Gerardo Fernández Noroña también ha debido enfrentar la resistencia de sus correligionarios, quienes le piden mantener mesura y seguir la ruta de acción de la Presidenta Sheinbaum.
Enterado de que la panista Lilly Téllez iba a reclamar su remoción como presidente del Senado, en el seno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Fernández Noroña pedía la atención y el apoyo de sus compañeros de escaño para enfrentar el agravio que se le veía encima, poco antes de que tocara la campanilla.
El miércoles, durante la reunión previa de Morena a la sesión de la Permanente, los morenistas tranquilizaron al senador y le hicieron notar que lo pertinente era trazar la estrategia de defensa de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
"No te apures. No hay bronca: ya veremos cómo la bateamos (la solicitud de remoción)", le dijo la senadora Lilia Margarita Valdez.
"Es muy fácil que presenten (la Oposición) cinco firmas y se le dé entrada", insistía el presidente.
Adán Augusto López Hernández, el jefe de la bancada de los senadores, intervino para señalar que lo importante era definir la estrategia con la que podían salir en defensa de la Presidenta Sheinbaum en una coyuntura particularmente delicada en la relación bilateral México-Estados Unidos.
La diputada Dolores Padierna secundó al tabasqueño y trató de calmar a Fernández Noroña. La semana pasada, de hecho, le había sugerido que evitara entrar en pleito con Lilly Téllez.
Después, el senador le encargó al diputado Sergio Gutiérrez Luna que condujera la sesión para que pudiera intervenir y participar del debate relacionado con las protestas de los paisanos en Los Ángeles en contra de las redadas que resienten a manos de las fuerzas del orden estadounidense.
Fiel a su estilo, culpó a la oposición de "estar de insidiosa" y de llevar una campaña en su contra, aunque después atemperara su discurso; de hecho, dijo que extendía su mano al Congreso de los Estados Unidos "para lograr pleno respeto a nuestros migrantes".
Gerardo Fernández Noroña acarreaba varios traspiés desde hace varias semanas. El escándalo que protagonizó con su vuelo en business class; la humillación que profirió al abogado al que forzó a disculparse públicamente; y, más recientemente, la burla a un senador republicano por el asunto de la ordeña a las remesas que envían a México los paisanos.
El legislador ya había desobedecido la instrucción de Palacio Nacional de bajar el nivel de la confrontación con Estados Unidos.
En estos hechos, Fernández Noroña evitó el miércoles a la prensa. "Nos vemos al final de la sesión", propuso a los reporteros. Pero los trabajos de la Permanente terminaron y el parlamentario apuró su salida del recinto.
