San Luis Potosí, SLP.- En busca de un futuro mejor, millones de personas han dejado sus países de origen para alcanzar el llamado “sueño americano”. Huyen de la pobreza, la violencia o la falta de oportunidades, con la esperanza de hallar en Estados Unidos una vida digna para ellos y sus familias. Sin embargo, este sueño se encuentra nuevamente bajo amenaza ante el endurecimiento del discurso y las políticas migratorias, particularmente con el regreso de Donald Trump a la presidencia , al centro de la escena política estadounidense.
A raíz del récord histórico de remesas enviadas a México en 2024 —una cifra sin precedentes de 64 mil millones de dólares, datos del Banco de México—, han resurgido medidas de presión contra la comunidad migrante. La administración de Trump, en su nueva campaña política y retórica anti inmigrante, ha propuesto intensificar redadas para deportar a migrantes indocumentados, argumentando que estos representan una carga para el sistema, aunque la realidad muestra una cara muy distinta.
“Es un dato revelador que en 2024 los migrantes hayan enviado más dinero que nunca antes. Este flujo de remesas habla no solo de la cantidad de connacionales que están allá, sino del nivel de sacrificio y del trabajo que desempeñan para sostener a sus familias en México”, señala el Dr. Cuauhtémoc Modesto López, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Estas remesas no solo representan una fuente vital de ingreso para millones de familias mexicanas, sino también un factor fundamental en la economía nacional. La mano de obra mexicana —sobre todo en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios— sostiene parte de la maquinaria económica de Estados Unidos, aunque no siempre se le reconozca.
El endurecimiento de las políticas migratorias, particularmente el regreso de redadas masivas, plantea un escenario alarmante. Para el Dr. Modesto López, esta reacción no es casual
“El hecho de que las remesas hayan roto récord puede interpretarse también como una señal de que la comunidad migrante está creciendo o trabajando más intensamente. Esto podría generar una respuesta política desde sectores conservadores, que ven en la migración un riesgo electoral o económico.”
Las redadas no solo afectan a quienes se encuentran en situación irregular, sino que generan un clima de miedo generalizado, incluso entre quienes cuentan con estatus migratorio legal. Los niños dejan de ir a la escuela, los trabajadores temen salir a la calle, y muchas comunidades latinas viven en un estado de constante tensión.
“Cualquier medida que atente contra la integridad y dignidad de las personas debe ser cuestionada. No se puede estar a favor de una política que violenta derechos humanos bajo la bandera de la seguridad nacional”, apunta el Dr. Modesto López.
Este contexto obliga a mirar más allá de las cifras. Detrás de cada dólar enviado a México hay historias de esfuerzo, separación familiar y lucha constante. Las remesas récord no son solo un logro económico, son un testimonio del aporte de los migrantes a dos naciones al mismo tiempo.
Por eso, ante este nuevo capítulo de políticas migratorias agresivas, la pregunta no es si se justifica o no el endurecimiento de las leyes. La verdadera pregunta es ¿a qué costo humano se están tomando estas decisiones?